Clásicos CC14: El difícil camino de Beck para llegar a "Odelay"

Nuestra emoción por el Corona Capital 2014 es tan grande que durante las siguientes semanas les estaremos compartiendo las historias de algunos discos que ya pueden ser catalogados como clásicos de artistas del cartel del festival… ¡y qué mejor manera de empezar que con un discazo de uno de los artistas del cartel con más trayectoria!

A pesar de no ser su primera producción, la originalidad y belleza de Odelay de Beck radica en la genialidad y dedicación de un músico que se apropió de la década de los 90 y que se atrevió a hacer algo diferente.

Para poder entender la importancia de un disco como Odelay, es importante primero tratar de comprender lo que pasaba por la mente de Beck entre 1994 y mediados de 1996 (aquí trataremos de resumir eso en puntos):

Después de 4 discos, Beck empezó a tener sentimientos encontrados sobre sus producciones y los comentarios que escuchaba de algunas personas que pensaban que el músico no llegaría más lejos y se convertiría en un artista de un sólo éxito.
Beck comenzó a buscar apoyo de diversos artistas que lo acompañaban a sus presentaciones para evitar notar que había espectadores que lo criticaban.
Beck sentía que sus discos pasados habían sido una especie de recopilaciones de demos por lo que tenía muchas ganas de ir a un estudio para grabar “correctamente” un álbum.
El gran éxito en el que se convirtió el sencillo “Loser” en el 94 y 95 fue algo difícil de tolerar para Beck.
En 1994, tras la muerte de su abuelo, Beck comenzó a grabar demos bastante sombríos pero lo mayoría no salieron a la luz.
Después de haber grabado algunos temas con los productores Tom Rothrock y Rob Schnapf, Beck optó por recurrir mejor a la producción de The Dust Brothers, quienes convirtieron a Odelay en un álbum más divertido y llamativo para el público.

Tras dos años de tragedias personales e indecisión sobre su siguiente álbum, Beck publicó el 18 de junio de 1996 Odelay, un disco que dejaba a un lado el estilo de sus primeras producciones y que experimentó con elementos hip-hop, blues, rock y jazz, mismos que fueron propuestos por los productores Dust Brothers, quienes ya habían trabajado con Beastie Boys en su disco Paul’s Boutique.

Para todos los que ya seguían el trabajo de Beck desde su primera producción, el sonido de Odelay (con excepción de 3 canciones) fue algo inesperado pero llamativo. Evidentes influencias de Dust Brothers y de los elementos rap/hip-hop en temas como “High 5 (Rock the Catskills)”, “Where It’s At”, “Novacane” y “Hotwax” convirtieron al disco en un éxito entre miles de personas que entendieron de una vez por todas que Beck no era un artista de un sólo éxito y que tenía la capacidad de cambiar radicalmente su estilo mientras, de alguna manera, seguía siendo fiel a sus raíces.

Gracias a que la idea original de Beck era lanzar un disco oscuro con temas con arreglos de orquesta y el resultado final fue muy diferente, algunas rolas de Odelay se apegaron mucho más al estilo original de Beck y sirven como una especie de introducción, intermedio y despedida, además de tener elementos blues y jazz que reducen drásticamente el acelerado beat de los sonidos hip-hop.

Odelay hizo a Beck merecedor de un Grammy por Mejor Álbum Alternativo y otro por Mejor Performance Vocal Rock… pero eso no es lo importante, pues la tranquilidad y la bella armónica en “Jack-Ass”, los pesados riffs y gritos de “Lord Only Knows”, y “Minus” el brutal y pegagoso inicio que nos da “Devil’s Haircut”, las influencias country en “Sissyneck” y el acústico y hermoso final de “Ramshackle” convierten al álbum en una verdadera joya que, a pesar de no ser lo que Beck tenía originalmente pensado, nos da un vistazo de lo que sufrió y aprendió el músico durante una época en la que todos necesitábamos algo diferente y atrevido. @RubenNSons