En México todos andan preocupados por los popotes de plástico y su impacto en los mares, pero basta echarle un ojo a las estadísticas para ver de qué tamaño es el problema de la contaminación en los océanos y saber que las colillas de los cigarros son su principal causa.

De acuerdo con una investigación de NBC News, el principal contaminante de nuestros océanos son las colillas de los cigarros, esos filtros que en realidad no sirven para nada, sólo para un mayor control y pura estética como explicó Thomas Novotny, profesor de políticas de Salud en la Universidad de San Diego.

En principio, se pensaba que el principal enemigo eran las bolsas de plástico, pero las colillas de los cigarros resultan ser las que terminan regadas en las playas y en los océanos.

El “detalle” de las colillas 

El detalle en el asunto de las colillas de los cigarros es que los filtros están hechos —¡sorpresa!— de acetato de celulosa, una especie de plástico que tarda una década o más en descomponerse. Pero, va de nuevo, la situación sobrepasa la salud de los fumadores y toca al medio ambiente.

En el caso de las playas, cuando una persona cree que lo más cómodo es arrojar una “inofensiva” colilla a la arena, lo que está haciendo es contaminar, dirigir el filtro hacia el mar y asestarle un golpe al ecosistema.

¿Los filtros? Pura moda

Se supone que las compañías tabacaleras comenzaron con el diseño de los filtros por razones “médicas”. O bueno, eso dice la leyenda.

Lo cierto es que los filtros no ayudan en nada a contrarrestar los elementos cancerígenos o en proteger al consumidor. Aquí, se trata de una campaña de marketing bien llevada para hacerlos indispensables.

Foto: Pexels

Finalmente, las compañías han logrado el efecto deseado en sus consumidores: en un estudio de grupo, los consumidores dijeron que NO sabían de qué están hechos y —sólo por costumbre o porque están hartos “del humo” y la vista de unos cuantas colillas amontonadas en el cenicero—, prefieren arrojarlos.

El impacto

De acuerdo con datos de Ocean Conservancy, en 2016, de las playas y vías de Estados Unidos se recogieron 1,030,640 colillas de cigarros. Lo que representó, aproximadamente, el 24% del total de los desechos que se recolectaron.

En el mundo, ese mismo año el número de colillas arrojadas al medio ambiente fue de 5 billones, siendo la mayor fuente de basura en los océanos.

Foto: especial

Y, ¿el impacto? El Centro de Investigación de Biotecnología Mariana del Golfo Pérsico de la Universidad de Ciencias Médicas de Bushehr encontró que las colillas entran en la cadena alimenticia de la fauna marina —las preciosidades que las colillas contienen metales como el cadmio, hierro, arsénico, níquel, cobre, zinc y manganeso— y eso es lo que se infiltra en nuestros mares, así como en el organismo de la fauna.

La solución

Según NBC News, aunque algunas compañías lleven a cabo campañas en las que se “invita” a los fumadores a tirar en un bote las colillas de cigarros, esto es un sueño imposible.

Pero la acción continúa: En Estados Unidos, por ejemplo, asociaciones civiles ya trabajan para que se legisle el asunto y se prohiban los filtros, con el impulso de la campaña “antifiltro”.

La mala noticia está en que muchos congresistas sienten el rigor de las grandes compañías productoras de cigarros y antes de que comience la lucha, la dan por terminada. Sin embargo, la presión de las asociaciones continúan ante una emergencia ambiental.

**Foto de portada: especial.

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Hola, soy Lucy Sanabria. Desde 2018 redacto y reporteo para Sopitas.com, con especial entusiasmo en temas de derechos humanos y LGBT+. En 2021 fui parte de la generación de la beca de Periodismo Incluyente...

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