Como lo había anunciado, hoy AMLO presentó las pruebas con las que, “contundentemente”,  demuestra el conflicto de interés en que está metido el titular de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), Guillermo Ignacio García Alcocer. Bueno, realmente no fue AMLO quien dio la información… y puede que para muchos no resulten tan contundentes. Pero ahí están…

Luego de que se evidenció la falta de preparación de sus candidatos a integrar la Comisión Reguladora de Energía, AMLO sólo atinó a señalar que el actual titular de ésta, Guillermo García Alcocer, criticó a sus ternas nomás porque siente pasos en la azotea… ya que ha incurrido en conflicto de interés al frente de dicha comisión.

Y bueno, la encargada de la Secretaría de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, indicó que hay dos elementos principales con los que se sustentan las acusaciones del presidente.

Los cuales son…

1) El mismo García Alcocer aceptó que el hermano de su cónyuge, Mario Barreiro, labora desde 2015 en una empresa danesa que se dedica a tecnología, la cual no está regulada por la Comisión Reguladora de Energía, razón por la que el funcionario dice que no hay conflicto de interés.

2) Santiago García Castellanos, pariente en cuarto grado de su esposa, es director de la empresa Santa Fe Natural Gas, filial de una empresa permisionaria de la CRE, la cual obtuvo su permiso en 2016.

Y, por ello, nuevamente García Alcocer asegura que no hay conflicto de interés… pero lo que la SFP notó es que sí lo hay: no sólo por la imparcialidad que pudiera haber al beneficiar a su primo hermano político en cuarto grado (porque… quién no vela por los intereses de parentela tan cercana), sino por conflictos de interés potenciales.

En fin, el caso es que, con base en las denuncias de AMLO, la SFP entró en acción y, tras analizar los casos mencionados, señala que: se ha hecho una revisión exhaustiva de las declaraciones de intereses presentadas por el licenciado García Alcocer (…) y se ha observado que, además de la excusa que ha hecho pública, también se localizó un permiso para el transporte de gas natural para la empresa Fermaca, misma que él ha reconocida como vinculada a su familia, esto en 2017, cuando García Alcocer ya era presidente de la Comisión Reguladora de Energía.

Según señaló Sandoval, tras revisar la ley general de responsabilidades administrativas, la SFP observó deficiencias en la información pública de García Alcocer, por lo que -de oficio – se ha iniciado una investigación por parte de la Unidad de Ética de la SFP, para así localizar si por ahí se dieron más “intervenciones en las que evidentemente el interés familiar o de negocios pudo haber estado involucrado”.

Por su parte, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, después de echarse un resumen de las competencias de la Comisión Reguladora de Energía, señaló que si bien sí está muy jalado de los pelos acusar conflicto de interés por tan débil nexo familiar (obviamente no lo dijo así), sí se puede hacer por cuestión personal o de negocios… y es ahí dónde se arrancaron los señalamientos contra García Alcocer:

En el primer señalamiento, se indica que García Alcocer aceptó que su pariente por afinidad en segundo grado (su cuñado) trabaja para una empresa danesa dedicada a tecnología eólica. Y hasta ahí todo bien, sin embargo, lo que no dijo el titular de la CRE es que dicha empresa tiene una filial en México, para la cual realmente trabaja su familiar.

Además, se halló que el cuñado incómodo es representante legal de tres empresas relacionadas con hidrocarburos, las cuales habrían ganado licitaciones del gobierno federal y, una de ellas (dedicada a la perforación de pozos petroleros y de gas), realizó entre 2014 y 2018 transferencia internacionales por más de 47 millones de pesos y 148 millones de dólares.

Foto: Cuartoscuro (Rocío Nahle, secretaria de Energía, durante la conferencia de prensa para dar detalles de la investigación sobre un posible conflicto de intereses respecto a la Comisión Reguladora de Energía)

Resulta por demás interesante – por decir lo menos – que la empresa número dos, que es accionista de una empresa que puede transferir 148 millones de dólares al extranjero, presente tan bajos reportes al Servicio de Administración Tributaria (SAT ), lo cual podría constituir un caso de defraudación fiscal, por lo que “se presentará la vista correspondiente ante la Procuraduría Fiscal de la Federación“, agregó Santiago Nieto.

Respecto al segundo caso (el del primo hermano en cuarto grado de su esposa), éste tiene relación como representante o director de ocho empresas relacionadas con energéticos. Nuevamente se detectaron transferencias internacionales que no corresponden con ingresos reportados al SAT y, por lo tanto, se procederá de igual forma ante las autoridades.

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