En estos tiempos de total incertidumbre social, un programa implementado en una telesecundaria del Distrito Federal considerada como “la más violenta” ofrece una posible solución a los problemas que actualmente atraviesa nuestro país. ¿La respuesta es tan sencilla?

Con antecedentes tan lamentables como los hechos relacionados al Bar Heaven, Roberto Campa, subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación se dio a la difícil tarea de recomponer el tejido social de la zona. La tarea no era fácil y contrario a lo que han hecho otras autoridades, aquí no se optó por meter a centenas de militares o policías. Se fue a las “raíces” y en la telesecundaria 91 -ubicada en el barrio de Tepito- mejor metió maestros de box, danza, fútbol y artes plásticas.

“Podemos soñar en ser un profesionista y, ya muy amolados, comerciantes”, comenta uno de los alumnos beneficiados por el programa.

La aceptación de tales actividades pudo haber sido cuestionada, ya que la plantilla de alumnos de la escuela está formada por “los niños que han sido expulsados de otras escuelas por disciplina o aprovechamiento escolar; se podría decir lo peor, pues tienen por lo menos un familiar en la cárcel”, comenta Irene Herrerías, comisionada para atender temas comunitarios de la Procuraduría General de la República.

Sin embargo los resultados de este programa cuyo costo representó 16.6 millones de pesos han sido más que favorables: la deserción escolar ha disminuido y con ello, el riesgo de que los alumnos sean reclutados por la delincuencia organizada. “Se ha logrado que dejen de ver como algo normal en su vida cotidiana” la violencia entre ellos, con maestros y familiares, abunda la mediadora de este proyecto, Patricia González.

El programa no tiene nada fuera de lo común: simplemente los alumnos acuden a sus clases y tras comer en el mismo plantel – en muchos de los casos su único alimento en el día- los niños se incorporan a los talleres desde las 14:30 a las 16:30 horas. La directora de coordinación institucional de la dependencia, Margarita Gallardo, señaló que lo que se hace en la telesecundaria de Tepito es parte de un programa nacional para la prevención social de la violencia y la delincuencia, para el cual  se destinaron los 16.6 millones para las delegaciones Venustiano Carranza y Cuauhtémoc.

Para remarcas los beneficios de este proyecto, Patricia Gonzáles señaló que además de evitarse la deserción, también se ha conseguido bajar actos relacionados con el bullying (golpes, apodos) y también se ha evitado que se cometan delitos o se opte por el consumo de drogas. Tienen planes a futuro: ser profesionistas, deportistas o por lo menos “ya no ser segregado”.

@plumasatomicas

*Vía la Jornada / Foto: Yazmín Ortega

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