Ooootra en la que estaba metido Alejandro Gertz Manero… y de la que sale bien librado, dejando en duda la confianza en una institución. Ahora se trata del CONACYT.

La Dirección Adjunta de Desarrollo Científico del CONACYT emitió un oficio con el que se desecha la denuncia contra Alejandro Gertz Manero, a quien se le acusó “por supuestas faltas de ética consistentes en plagio”.

Foto: Cuartoscuro

Dicha acusación la realizó hace unos meses Guillermo Sheridan, con apoyo de más de 200 investigadores del CONACYT. Según material recopilado por Sheridan, el ahora fiscal General de la República se voló material de obras de Salvador Ortiz Vidales y Malcolm D. McLean para escribir, en 1967, un libro sobre Guillermo Prieto.

“Quizás el 80% del libro de Gertz venga de Ortiz Vidales y el resto (incluyendo la bibliografía) de McLean”, acusó Sheridan en la columna “Gertz Manero, a la sombra del plagio”, publicada en El Universal.

Foto: Cuartoscuro

¿Y qué tiene que ver en esto el CONACYT? Bueno, pues que la comisión presidida por Ernesto Villanueva dio luz verde al ingreso de Gertz Manero al Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT por diversos méritos… entre ellos, contar con una obra “de trascendencia nacional e internacional”. El libro plagiado forma parte de dicha obra.

Los plagiados no presentaron la queja, justifica CONACYT… ridículo, porque…

De acuerdo con la Dirección Adjunta de Desarrollo Científicos, la queja contra Gertz Manero fue desechada porque ninguno de los que la presentaron resultaron ser autores de las obras plagiadas (presuntamente) por el susodicho. Entonces, ya que no hay “interés directo en la verificación o rectificación de las obras”, pues ya, a lo que sigue.

El detalle del asunto es, entonces, que el CONACYT no niega completamente que hubo plagio, sin embargo, no procederá porque los plagiados no presentaron la denuncia. Eso iba a estar difícil, ya que estos fallecieron hace décadas. Nomás hay que tomar en consideración que Salvador Ortiz Vidales nació en 1890.

Foto: Mario Jasso-Cuartoscuro.

“Es ridículo. La resolución no niega el plagio por parte de Gertz pues eso no es importante. La actuación de la Junta de Honor (cuál?) y el Consejo General del SNI, muestra cómo la 4T ha corrompido (e intenta destruir) a una institución, el Conacyt, que era digna de respeto”, señaló el periodista científico, Javier Flores.

Pues bien, con base en lo determinado por el CONACYT, cualquiera que quiera entrar al SNI podría presentar como suyas obras notables de autores ya fallecidos (nomás fijándose en los derechos de autor, que por ahí sí se los podrían atorar). Maravilloso.

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