Este fin de semana se realizó la final del Festival de la Canción Eurovisión, un concurso de canto que tuvo paralizado a toda Europa. La corona fue para una concursante fuera de serie.
Conchita Wurst fue coronada ayer como ganadora del Festival de la Canción Eurovisión. La ahora célebre drag queen, conocida como “la mujer barbuda”, dedicó el triunfo “a todos lo que creen en un futuro de paz y libertad”.
Aunque la competencia de talento fue dura, la austriaca consiguió los votos suficientes de todo el continente europeo gracias a su interpretación del tema Rise like a Phoenix.
Conchita Wurst es la alter ego de Thomas Neuwirth, joven que consiguió triunfar sobre los 25 participantes de Eurovisión. El resultado no se prestó a debates: Conchita consiguió 290 puntos, mientras que los Países Bajos lograron 238, con lo cual quedaron en segundo lugar y el tercer lugar, Suecia, obtuvo 218 puntos.
Los elogios para Conchita no se hicieron esperar, resaltando la importancia de que la ganadora de Eurovisión sea representante de la comunidad LGBT, sobre todo por la estela de discriminación que se ha extendido con las leyes homofóbicas aprobadas en Rusia.
“Es sólo un concurso de talentos, pero esta noche se mostró que el talento puede superar prejuicios e ignorancia”, fue uno de los comentarios que se dejaron ver en las redes sociales tras la victoria de Conchita.
Conchita se identifica como de género neutro, pero prefiere usar pronombres femeninos cuando es necesario. Antes de su actuación, recibió una ola de ataques homofóbicos tanto en su país como fuera de él. “Gracias por su atención, si esto es sólo sobre mí y de mi persona, puedo vivir con eso”, fue una de las respuestas que Wurst dio a sus críticos.
Eurovisión este año fue organizado por los ganadores del año pasado, Dinamarca, por lo que el próximo año será celebrado en Austria, país del que es originaria Conchita.