El artista Abraham Poincheval, decidió emprender un viaje a bordo de una botella de cristal de 6 metros de largo por 2 de ancho.
Poincheval lleva más de 10 días dentro de su botella, estacionada en la localidad de Port-Saint-Louis-du-Rône, en la Costa Azul francesa.
“Me gusta entrar en las cosas y vivirlas desde el interior, donde se confunde la frontera entre la realidad y el sueño”, explica el artista
Un artesano de esa ciudad mediterránea fabricó la casa-botella a partir de los diseños del artista: el tapón sirve de respiradero y puerta de entrada a un cuarto con víveres, una cama, agua, receptores solares para generar energía y ventilar el interior.
Su preocupación es el calor, que puede llegar hasta los 47 grados centígrados en el interior, en los próximos meses se lanzará al río Ródano, desde su desembocadura hasta Ginebra. La botella estará conectada a una plataforma que remolcará un barco tradicional.
Mientras tanto en el interior estará tejiendo una cuerda como el personaje de Penélope en la Odisea, que durante veinte años esperó el regreso de su marido de la Guerra de Troya.
Según él, esta acción está inspirada en el País de las maravillas de Lewis Carroll, un mundo deslumbrante al que Alicia accedía al beberse el contenido de una misteriosa botella.
Esta aventura quedará documentada en un videoblog y una bitácora que podrá seguirse por internet, supervisada por el Fondo Regional de Arte Contemporáneo de Marsella (FRAC), donde establecerá contacto dos veces al día.
Aunque nosotros creemos que se inspiró en esta canción (o no quiere pagar la renta):