Los ciudadanos lo ven, los de su partido lo ven… entonces, ¿cuándo las autoridades lo verán?
Por andar de corruptos, los gobernadores de Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo, ya no son bien vistos entre las filas del PRI, por lo que el consejero político del partido, Armando Barajas, clama por su sangre… bueno, no tanto… pero sí quiere que le vayan haciendo un huequito a las nuevas generaciones. Que los expulsen, pues.
Lo anterior no nomás es de dientes pa’ fuera (aparentemente), ya que Barajas acudió ante la Comisión de Justicia Partidaria y ahí solicitó formalmente la suspensión de los derechos de los tres mandatarios: César Duarte, Javier Duarte y Roberto Borge.
“En virtud de la gravedad del presente asunto, solicito decretar la suspensión temporal de derechos de militante de los hoy denunciados Javier Duarte de Ochoa, César Duarte y Roberto Borge Angulo hasta en tanto no se dicte la resolución y cause estado”.
Bastante justificado lo hecho por ese buen hombre: de acuerdo a las anomalías que se han denunciado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre el Duarte jarocho pesan 32 denuncias por andar celebrando contratos con empresas fantasmas. En lo que respecta al Duarte chihuahuense, la ASF tiene 17 denuncias por presuntas irregularidades y, por último, con Borge el Congreso federal ya solicitó a la ASF que investigue los recursos entregados el año pasado al gobierno del estado… cosa de nada: más de 16 mil 700 millones de pesos cuyo paradero necesita saberse.
¿Y qué dice su flamante nuevo líder nacional?, seguro luego nos enteraremos.
“Las irregularidades constituyen un hecho público y notorio que influye negativamente en las elecciones constitucionales locales en prejuicio de nuestro instituto político”, señaló el astuto consejero… ¿neta, apenas se dieron cuenta de eso?
Aunque por ahora quiere que los suspendan temporalmente, el objetivo de Barajas es su expulsión definitiva… ¿y cómo para cuándo el bote?