¿Recuerdan el caso Tlatlaya en el que militares ejecutaron a 22 civiles acusados de ser presuntos delincuentes? Pues bueno, aunque una parte de la sociedad no pueda ver lo grave de este hecho, se ha actuado para esclarecer la situación, el resultado hasta ahora es la consignación de 7 militares, 3 de ellos por homicidio calificado.
El caso Tlatlaya conmovió a todos los defensores de los derechos humanos, pues parece que uno de los cuerpos de seguridad decidió saltarse la Constitución Mexicana y hacer justicia por propia mano.
El Consejo de la Judicatura Federal precisó el día de hoy que los delitos que se imputan a 7 militares involucrados en el caso del homicidio de 22 presuntos secuestradores que perdieron la vida en una bodega ubicada en el municipio de Tlatlaya, Estado de México, en junio pasado son ejercicio indebido del servicio público, abuso de autoridad, y a 3 de ellos se les acusa de homicidio calificado.
Los 7 militares quedaron a disposición del juzgado cuarto de distrito, con sede en Toluca. Al teniente Ezequiel Rodríguez Martínez se le imputó específicamente el delito de encubrimiento, en la hipótesis de no procurar impedir la consumación de un delito.
La CFJ indicó:
«A los militares Alan Fuentes Guadarrama, Julio César Guerrero Cruz, Roberto Acevedo López, Samuel López, Ezequiel Rodríguez Martínez, Fernando Quintero Millán y Leobardo Hernández Leonides, se les imputó su presunta responsabilidad en la comisión del delito de ejercicio indebido del servicio público».
A Quintero, Acevedo y Hernández se les atribuyó también su presunta responsabilidad en los delitos de homicidio calificado en agravio de ocho presuntos secuestradores, abuso de autoridad y alteración ilícita del lugar y vestigios del hecho delictivo.
Recordemos que es este mismo mal ejercicio de los cuerpo de seguridad el que ha permitido que criminales salgan a las calles por culpa de abuso de autoridad o modificación de las escenas del crimen. Además, permitir la violación de los derechos humanos para unos da paso a que se violen los derechos humanos de todos…si no nos creen, recordemos el caso Ayotzinapa.