Dado que Corea del Norte anda juguetón y demostró que tiene misiles intercontinentales, con los cuales puede darle a cualquier blanco que se le antoje, el gobierno de Estados Unidos ya se expresó. Lo hizo su embajadora ante la ONU, Nikki Haley, quien señaló que Kim Jong no da “posibilidad de una solución diplomática”. También lo hizo el secretario de Estado, Rex Tillerson, para quien ya es hora de ponerle un estate quieto a Norcorea… pues para que vean que “hay consecuencias”. Pero ¿y Trump?

Dejando el Twitter de lado, el mandatario estadounidense se pronunció ¿enérgicamente? sobre las recientes pruebas de misiles que han realizado las fuerzas norcoreanas, especialmente, refiriéndose a la ocurrida el pasado lunes, la cual demuestra que el poder armamentista del régimen de Kim Jong Un ha escalado de manera considerables.

Corea del Norte “se ha portado mal, muy, muy mal”, señaló el siempre elocuente republicano. Trump -aplicando toda su diplomacia- le dio un batazo al avispero y advirtió que no es su intención que Corea del Norte se convierta en una nueva Siria… pero que sí habrá graves respuestas, las cuales habrán de darse a conocer próximamente.

Trump no es único que ha insinuado que habrá respuesta militar contra el régimen de Kim Jong Un. Antes lo hizo su embajadora ante la ONU, luego de una reunión en el Consejo de Seguridad. Hay que “elevar la respuesta internacional”, urgió Haley, quien sugirió que una opción está en las “considerables fuerzas militares” con las que cuenta Estados Unidos. “Las usaremos, si tenemos que hacerlo, pero preferimos no proceder en esa dirección”. Prefieren… pero, por si acaso, la primera acción fue un ejercicio militar realizado en conjunto con Corea del Sur.

Antes de llegar a la reunión del G20, Donald Trump hizo una escala en Polonia y pidió ayuda a todas las naciones para hacer frente a la “amenaza global” que representa Corea del Norte y solucionar de la mejor manera la crisis que se vive con el gobierno liderado por Kim Jong Un… para no cometer los errores que Barack Obama cometió con Siria.

Y hablando de errores de Obama, el republicano admitió por primera vez que Rusia podría haber intervenido en las elecciones presidenciales de 2016. “Lo he dicho muy sencillamente, creo que muy bien podría haber sido Rusia, creo que bien podrían haber sido otros países. Mucha gente interfiere. Eso lleva ocurriendo mucho tiempo”… pero bueno, si de eso se dio cuenta el entonces presidente estadounidense, ¿por qué no hizo algo al respecto?

Información: El País, La Jornada

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