Cada cierto tiempo escuchamos hablar del conflicto entre Corea del Norte y Corea del Sur y en este 2022 ha sido constante ver en las noticias declaraciones nada chidas, relacionadas con una amenaza nuclear —al menos así lo ha cantado el líder norcoreano Kim Jong-un. Y la verdad es que hablamos de un enfrentamiento que siempre está a nada de reventar.
72 años de tensiones. De esos, tres fueron enfrentamientos militares, activos y frontales. Una guerra en la que tuvieron que intervenir otros países —ejem, ejem… como Estados Unidos, la URSS y China.
El periodo de esta guerra fue de 1950 a 1953. Y aunque en ese año concluyó de manera oficial, aún no hay un acuerdo de paz entre las dos Coreas, que en los años posteriores se han dedicado a picarse las costillas, pero en mal plan. Así que para conocer un poco más a fondo por qué inició este conflicto y por qué continúa, por acá les vamos a platicar en cinco puntos no tan clavados qué pasó.
Corea
Sólo que nos vamos a ir un poco hacia atrás para poner en contexto qué onda con la península de Corea. ¿Siempre estuvo así? ¿Divida?
La verdad es que no. De hecho, Corea fue un imperio hasta el siglo XX. La historia de la civilización en esta península se remonta al año 2 mil 300 a.C (antes de Cristo).
Como en las grandes regiones, Corea también fue resultado de migraciones, invasiones y acuerdos políticos-económicos —por ejemplo, con China. Y para el primer milenio de la era en que vivimos (o sea, la de Cristo) en la península gobernaron los Tres Reinos o tres tipos de gobiernos que se repartieron el territorio hasta su primera unificación, en el siglo VII.
Y de ahí vinieron dinastías que gobernaron un imperio que creció y se enfrentó a invasiones extranjeras, desde Rusia o China, que después se convirtió en aliado, y hasta que Japón, en el siglo XX, le puso un alto al imperio con la invasión-anexión de Corea en 1905.
Luego, siguieron años de lucha por la independencia hasta la Segunda Guerra Mundial, que paradójicamente fue el inicio del fin de la Corea unificada.
El paralelo 38
Esta península tiene fronteras con China y Rusia y, bueno, hacia el Sur lo único que ve es el mar y a Japón.
En toda la historia de Corea, estas tres potencias se pelearon por su dominio —ya saben, cuestiones territoriales y de expansión. Pero algo que cambió completamente el mapa fue la Segunda Guerra Mundial.
En ese periodo, Corea buscaba independizarse de Japón y se acercó a escuchar las promesas de los aliados —Estados Unidos o la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas)— para ser liberada.
Sólo que hubo un problema: una vez que los aliados ganaron la Segunda Guerra Mundial, en 1945, vino el momento de la repartición.
Y tanto el bando gabacho como el soviético acordaron dividir la península para que cada uno manejara una parte del territorio —se supone que todo esto era temporal y con el objetivo de que Corea retomara el camino, algo similar a lo que pasó con Alemania, ¿no?
Así fue como nació el paralelo 38, una línea fronteriza que dividió a Corea bajo el mando de Estados Unidos (en el sur) y la URSS (en el norte).
Sin embargo, esos eran los planes de las grandes potencias. En lo local, habían grupos que preferían determinado tipo de gobierno y eso hacía que se enfrentaran.
Así fue como apareció Kim Il-sung —sí, el abuelito de Kim Jong-un, el actual dolor de cabeza de Corea del Sur, Japón y Estados Unidos— y el antagonismo entre un gobierno social-comunista y otro proestadunidense.
Al final, en agosto de 1948 la región del sur se proclamó como República de Corea (o bueno, Corea del Sur) y un mes después la región del norte haría lo mismo al proclamarse como República Popular de Corea (o Corea del Norte).
La dinastía Kim y otra dictadura en el Sur
Kim Il-sung se quedó con el poder en Corea del Norte. Creó una dinastía que ha gobernado de 1948 a 2022 —entre crisis alimentaria, el cierre de las fronteras, un fuerte nacionalismo y también una economía endeble— y que la conocemos por los nombres de: Kim Jong-il y Kim Jong-un.
El simpatizante del Partido Comunista de China logró gobernar Corea del Norte gracias al apoyo de la URSS de Iósif Stalin. Su gobierno justo copió el sistema político, económico y militar soviético.
Y, ¿Corea del Sur? Allá se quedó Syngman Rhee a cargo, en un gobierno controvertido que duró de 1948 a 1960. Rhee era anticomunista de hueso colorado, proamericano y los libros de historia lo conocen por el uso extremo de una policía y sistema autoritario.
Ya bajo estos dos tipos de gobierno, cientos de familias fueron separadas sin tener chance de reencontrarse. Peeeeero, ese no fue el único problema. Este antagonismo y la idea de Kim Il-sung de unificar la península y sacar a Japón de una vez por todas del territorio desencadenó la guerra de Corea.
La Guerra de Corea
El 25 de junio de 1950 las tropas de Kim Il-sung invadieron Corea del Sur. Esto fue posible en parte a tres cosas:
Que los integrantes de la ONU no tuvieron “suerte” en llegar a un acuerdo para la reunificación de Corea.
Que Kim Il-sung ya tenía planeada la invasión, aun sin el visto bueno de la URSS —pero a la que el líder norcoreano ya había trabajado para obtener su apoyo.
Y que Estados Unidos había considerado a esta península como un territorio no prioritario.
De esta manera las piezas militares se abrieron para el primer conflicto en contexto de la Guerra Fría y hasta la amenaza de una Tercera Guerra Mundial. ¿Por qué?
Si bien Estados Unidos y la URSS no tenían tanto interés en Corea, tuvieron que entrarle a la par de China. El gaba lo hizo para preservar su “prestigio” y hegemonía, así como por la incertidumbre de que eso que pasaba en la península pudiera repetirse en Europa, donde las cosas también estaban cañonas, sobre todo en Alemania.
La URSS no tuvo de otra que entrarle porque… Estados Unidos ya estaba ahí. Y China le entró porque era un gobierno comunista que debía apoyar a su símil.
Fueron tres años de guerra. Tropas de Estados Unidos, chinas y coreanas se enfrentaron hasta la firma de un armisticio que trazó una nueva frontera entre las dos Coreas —muy cerca del paralelo 38 y con una zona desmilitarizada, una franja de 4 kilómetros entre estos países.
Sin embargo, esta firma no le puso fin al conflicto —que como ven sigue en pie en pleno 2022 con amenazas preocupantes del uso de armas nucleares del lado de Corea del Norte y la respuesta de Corea del Sur y su aliado, Estados Unidos, y Japón que pues… le han tocado los trancazos por ser enemigo vitalicio de la dinastía Kim.
Las armas de Corea del Norte
Y después de un largo recorrido: llegamos al asunto de las armas y la “amenaza” nuclear.
El desarrollo del programa nuclear de Corea del Norte comenzó en 1962, cuando presentó su proyecto, pidiendo ayuda a la URSS para desarrollar armas nucleares, cosa que la Unión Soviética rechazó.
Eso sí, la URSS ayudó a Corea del Norte a desarrollar un conocimiento que rindió frutos en la investigación mediante la formación de científicos especializados en materia nuclear o en la construcción del Centro de Investigaciones Científicas Nuclear de Yongbyon y la construcción de un reactor con fines de investigación.
China también ayudó a Corea del Norte a tener mayor conocimiento y de alguna manera ese apoyo —que no era directo para el desarrollo de armas nucleares—, lo aprovechó la dinastía para (en una operación hormiga, ya saben) crear sus propias armas; en combinación con los descubrimientos de depósitos de uranio en la zona.
Como ven, Corea del Norte puso todos sus esfuerzos en el desarrollo armamentista militar y nuclear. Sin embargo, del otro lado de la moneda, Corea del Sur no cantó mal las rancheras porque hizo lo suyo con ayuda de Estados Unidos.
Y desde entonces, los gobiernos de las dos Coreas han estado enfrentados en una amenaza nuclear
El pilón
Ya para terminar este texto, nos vamos con esta reflexión: la división de Corea no fue tanto por un rollo interno o étnico, religioso, como en otros países ha pasado.
Su división comenzó por la repartición de los países hegemónicos —Estados Unidos y la URSS— tras la Segunda Guerra Mundial y sus intervenciones en el posterior conflicto.
La gente en Corea del Norte ha tenido que apechugar ante un sistema ya alejado del comunismo y que tiene más bien su propia filosofía gubernamental: el Juche o la confianza de una persona a sí misma o el máximo poder concentrado en un solo representante.
Y de los dos lados, del sur y del norte, hay personas que aún anhelan reencontrarse con sus familias, por lo que a pesar de más de 70 años de conflicto, sigue viva la esperanza de la reunificación.
**Con información de el Colmex, el Ministerio de Defensa de España y la BBC.