Lamentablemente la corrupción en nuestro país se ha vuelto uno de los aspectos más comunes y casi característicos. Frases como “El que no transa no avanza” han normalizado la corrupción, las mordidas y los sobornos haciendo parecer que es la forma más fácil o que incluso así deben ser las cosas para poder ascender en la economía, lo político y la social. Cuando en realidad es todo lo contrario…

El Imco, un centro de análisis compuesto por académicos y empresarios, ha creado su propio lema “Transamos y no avanzamos”, el cual está más cercano a la realidad ya que tanta corrupción “Frena el desarrollo de la economía, disminuye la productividad, favorece el rentismo, agrava la desigualdad, obstaculiza la justicia y genera desencanto con la democracia” explica Amparo Casar, politóloga y coordinadora del estudio.

Un de las razones por las cuales no ha sido combatida debidamente la corrupción es porque es la principal artracción para la inversión extranjera, aunque esto, lejos de beneficiarnos crea una caída del PIB entre el 3% y el 10%, por lo cual “es el enemigo público número uno de México”, según afirmó Casar.

Otro dato escalofriante, y que nos debería sorprender, es que el 63% de los empresarios consideran que la corrupción forma parte de la cultura de negocios en el país, que “así se usa” digamos e incluso la mitad de las empresas reconoce haber pagado un soborno…imagínense si contamos las que no lo reconocen… Y es que el pensamiento más común es ¿Si ellos lo hicieron, porqué yo no? y pensamos que es lo que más conviene ya que te da una ventaja.

Para comenzar a combatir este problema es necesario que las instituciones públicas sean fuertes y sólida pero bueno, si hasta el presidente de la República está relacionado con corrupciones…

En nuestro país, lamentablemente, nisiquiera se destina una buena cantidad de dinero para agarrar a los corruptos, la unidad especializada de la fiscalía mexicana cuenta con una plantilla de 12 funcionarios y un presupuesto de 1,5 millones de dólares. En Hong Kong, con una décima parte de la población mexicana, destinan 120 millones y más de mil trabajadores….

El origen de esta realidad que ya está implantada en nuestro país como si fuera un ley, es, según explican, el entramado institucional sobre el que se fundó México después de la Revolución y que derivó en los más de 70 años de priismo. “El acuerdo entre las distintas élites surgidas de la época posrevolucionaria generó un sistema corporativista. El mito fundacional está basado en la estabilidad, en la capacidad de un único partido que hace un uso discrecional del poder. Ese el medio ambiente en el que opera la corrupción” platicó Rodrigo Canales, profesor de empresariales en Yale.

Y obviamente mientras leían esto, probablemente ninguno salió a defender al gobierno, ya que éste a perdido credibilidad y el 77% de los mexicanos está convencido de que sus gobernantes no cumplen la ley, además el 77% no confía en la policía y el 60%, tampoco en los jueces.

VÍA: El País

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