Siendo que apenas se cumplió un aniversario más del natalicio de Frank Zappa y que esta semana será cumpleaños del guitarrista Adrian Belew (quien en su curriculum cuenta con credenciales de Talking Heads, King Crimson, Tom Tom Club, David Bowie y Nine Inch Nails entre otros), les tenemos la historia de cómo ambos músicos comenzaron a tocar juntos, narrada por el propio Belew para la revista Guitar Player:
Estaba tocando en un pequeño club de Nashville llamado Fanny’s, y para entonces había comenzado a integrar algunos ruidos a los covers que tocábamos entonces. De repente se escuchaba el sonido del claxon de un coche y uno se preguntaba de donde venía. Irónicamente el lugar hoy en día es un estacionamiento. Frank Zappa dio un show muy cerca una noche, y andaba buscando dónde ver bandas locales después de su show, como regularmente hacía. El chofer de Frank le dijo que su banda favorita estaba tocando en Fanny’s, así que Frank se presentó en el lugar con una enorme comitiva que incluía al baterista Terry Bozzio. Fue muy notorio que Frank Zappa estaba ahí.
Fue una noche muy especial y me prendí tocando y cantando lo mejor que pude. La banda con la que tocaba hacía covers de Stevie Wonder, Steely Dan y cosas así. Luego de 40 minutos mientras estábamos tocando “Gimme Shelter” de los Stones, Frank se levantó de su lugar, se acercó, me dio la mano y me dijo “Hey, ¿quieres hacer una audición para mi banda? Le pediré tu nombre al chofer y te llamaré”. El hecho causó gran revuelo entre los músicos locales de entonces, pero nada sucedió en seis meses. Justo cuando ya me había olvidado de ello, me llamó para hacer la audición.
Frank me dio una lista de canciones difíciles de muchos álbumes diferentes, y sus instrucciones precisas fueron: “arréglatelas para tocar y cantar esto lo mejor que puedas, de la forma que puedas”. Su música era muy complicada para un tipo que estaba tocando en una banda de bar. Nunca había tocado con ritmos y tiempos raros, y no sabía leer música, cosa que el resto de la banda de Frank sí hacía. Y era tan pobre en ese entonces que ni siquiera pude comprar los discos, los pedí prestados a mis amigos porque además no sabía si iba a funcionar de todas maneras.
La audición fue brutal y la verdad no me fue nada bien. Fue como el caos de un set de cine con gente moviendo pianos alrededor y demás. Y ahí estaba el pobre de mi parado en medio de un cuarto con un pequeño amplificador Pignose y una Stratocaster tratando de cantar y tocar muchas canciones de Frank Zappa. Estaba muy nervioso, recuerdo haber tocado “Andy y “Wind Up Working in a Gas Station”. Creo que toqué muy pobremente y no tenía a donde ir. Me llevaron en avión y el chofer me llevó a su casa, así que estuve ahí todo el día viendo a los demás. Vi audiciones verdaderamente rudas, especialmente para tecladistas y percusionistas, no vi otros guitarristas pero luego me dijeron que había audicionado a más de 50.
Al final del día, cuando todo se calmó y la gente comenzaba a irse, finalmente pude tener un momento para hablar con Frank de nuevo. Simplemente le dije: “Frank, no creo que lo haya hecho muy bien, me imaginaba que esto sucedería de forma diferente, creí que tu y yo nos sentaríamos en algún sitio tranquilo y yo tocaría y cantaría las canciones para tí”. Y dijo “OK hagamos eso entonces”.
Subimos la escalera hasta su sala, nos sentamos en un sillón morado, puse mi Pignose con la bocina hacía el sillón para lograr tener algo más de resonancia e hice toda mi audición de nuevo. Al final de ella, me dio la mano y dijo “el puesto es tuyo”. Estrechamos y desde ese día cambió mi vida para siempre.
Si Frank no se hubiera aparecido entonces, yo estaba un poco al límite de mi paciencia. Ahí estaba yo con 27 años tocando en bandas de bares, hoteles, imitadores de Elvis, y sentía que quizás el mundo me había pasado de largo. Algunas veces me imagino qué hubiera sucedido. No creo que hubiera sido capaz de seguir tocando unos años más sin el sentimiento de ser un gran fracasado. Quizás hubiera sido una de esas personas que toca música por diversión y tiene un trabajo formal…¡ni lo mande Dios!