La siguiente escena a muchos les parecerá familiar. Están en algún café o reunión. Uno de los asistentes saca su teléfono celular para checar sus redes sociales. A los pocos minutos varios de sus amigos hacen lo mismo. Al final, casi todos los presentes tienen su Smartphone en mano y dejan de ponerse atención entre sí.

Esta imagen de nuestra vida cotidiana, fue la que motivó a un grupo de investigadores del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Michigan a realizar un estudio para saber si el uso de teléfonos celulares es contagioso.

La tesis que plantean es la siguiente:

“Poco a poco y con las mejoras tecnológicas las personas —generalmente los jóvenes y adolescentes— han creado una especie de subcultura con normas y comportamientos que giran en torno a los teléfonos móviles. Sin embargo, algunas personas utilizan estos dispositivos como «barreras para evitar la interacción con otros de manera pública”.

Para corroborarlo, en abril del 2011 se hizo un estudio etológico donde se analizó el comportamiento que tenían las personas de entre 16 y 25 años, en algunos de los espacios públicos (como comedores y áreas verdes) que rodean a la Universidad de Michigan. Cada observación duraba de tres minutos a media hora, tiempo en el que se medía la frecuencia con la que usaban sus dispositivos móviles.

Los resultados finales fueron publicados en el “Human Ethology Bulletin” de la Sociedad Internacional para la Etología Humana. En ellos se afirma que una persona es más propensa a utilizar su teléfono celular si alguien cercano lo hace.

Otros datos interesantes de esta investigación:

– El 32% de las mujeres aumentan el uso de su teléfono celular si están reunidas con otras mujeres que también emplean su móvil.

– Un 25% de los hombres, tienden a revisar su teléfono, si están acompañados por otros hombres que también lo hacen.

– En caso de que el grupo sea mixto, el incremento alcanza un 22%.

-24% de las personas observadas, utilizaban su celular al mismo tiempo que sus interlocutores. Un 34.1% lo hizo después de ver que uno o varios de sus compañeros usaban su dispositivo.

Así, los investigadores llegaron a la conclusión de que en efecto, el uso de los teléfonos móviles es contagioso.

De acuerdo a Daniel Kruger, investigador y autor del estudio, este patrón puede ser provocado por el concepto de inclusión. Recordemos que cuando nos sentamos junto a otra personas, instintivamente revisamos nuestro Smartphone para evitar sentirnos excluidos, y por qué no, probarle a los demás que fuera de ese entorno tenemos vida social.

Esto se complementa con los datos proporcionados por “The Online Psychology Degree”, que afirman que a la hora de dormir, el 95% de los estadounidenses se llevan a la cama su teléfono inteligente. El 27% de los consultados aceptó que no podría vivir sin su teléfono celular.

Por lo pronto, me declaro parte del contagio. Y también padezco nomofobia.

*** Vía ABC España

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