¿Te vas a casar y tu novia es muy fan de Adele (de esas que sufren con sus canciones)? ¿Te imaginas el detallazo que sería hacer que en pleno bodorrio, esta cantante interpretara en vivo y a todo color sus éxitos, mientras tú, la novia y tus invitados degustan el mole con pollo y arroz rojo a la hora del banquete?

Suena bien ¿no?

Pues lo mismo pensó Vivian Imerman, un sudafricano que creyó que sería buena idea que Adele cantara 25 minutos durante la lujosa boda de su hija Megan, a celebrarse en el hotel Grosvenor House, de la capital británica. El padre de la novia se encontraba de lo más emocionado con la idea de apantallar a los invitados. Entonces pidió informes, supo lo que cobra Adele por cantar en bodas… y el apantallado fue él. Y es que la cantante cobra, por una breve actuación, la pequeña cantidad de 3.7 millones de dólares.

¿Pus’ qué hace en el show, se encuera o qué hace?

Durante la boda de Bianca, su hija mayor, el buen Vivian contrató por unos cuantos miles de dólares a Amy Winehouse. Pensó que con Adele gastaría más o menos lo mismo, pero al conocer el precio le pareció demasiado caro, y eso que este hombre tiene sus cuentas bancarias rebosantes de dinero.

Ahora Vivian busca a otros artistas para que amenicen la boda de su pequeña. Nosotros le sugerimos a Los Ángeles Azules o La Sonora Santanera, con los que no gastaría tanto y se pondría bueno el bailongo.

Uno que es pobre y humilde, pensaría que Adele podría deprimirse por no ganarse los 3.7 millones de dólares que podría haber obtenido por cantar en la dichosa boda, pero la verdad es que no. Y es que Adele está cerca de cerrar un contrato por 15 millones de dólares con una marca de cosméticos con alguna de las muchas firmas que se la pelean para que sea su imagen, y entre las que se encuentran Estée Lauder, L’Oréal o Dior.

Una fuente cercana afirmó al periódico The Sun, que Adele sólo firmará contrato con aquellas marcas cuyas campañas le gusten e incorporen su música. En el 2011, la cantante británica comentó que teme que su imagen se vea contaminada por ‘el terrible consumismo’:

“Es espantoso cuando te vendes. También depende de la clase de artista que quieres ser pero sé que no quiero que mi nombre aparezca ligado a una marca. No quiero contaminarme con ese tipo de cosas”, dijo entonces.

Pues ya saben, si quieren que Adele cante en sus quince años, graduación, bautizo, o fiesta navideña-godínez de la oficina, pues ahórrenle.

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