Sólo tuvieron que pasar algunas horas para que el Dalai Lama respondiera ante la casi apabullante crítica que le produjo la circulación del video en que besa a un niño, para luego pedirle que le “chupe” la lengua.
Y decimos “casi apabullante”, porque, pese a lo claro del video, no faltaron los que defendieron la indefendible de la acción del líder espiritual bajo la misma justificación que éste ofrece: “Su santidad a menudo se burla de las personas que conoce de una manera inocente y juguetona, incluso en público y ante las cámaras”.
Pero bueno, el Dalai Lama ofreció disculpas al niño y su familia, así como a sus “muchos amigos” que tiene por el mundo por el daño que pudiera haber causado ver el video en cuestión.
El Dalai Lama “se arrepiente del incidente”, señala el comunicado difundido en la cuenta oficial del líder del Tíbet.
El video en cuestión es descrito en el mensaje omitiendo los hechos que causaron el rechazo del respetable: el video “muestra cuando, en un reciente encuentro, un niño le pregunta a su santidad si le puede dar un abrazo”… y de ahí pasa directo a las tradicionales disculpas, sin señalar que el Dalai Lama besa al chico y luego le pide chupar su lengua.
De acuerdo con CNN, las cosas ocurrieron así: el hombre de 87 años habría sido el que, en un evento en el que dio algunas palabras a un grupo de universitario, invitó a subir al escenario al niño, luego que éste le pidió abrazarlo. Después, el Dalai Lama lo incitó a besarlo: “primero aquí”, dijo, señalando su mejilla.
Luego de ese beso y abrazo, las cosas comenzaron a ponerse raras. El dirigente de la Administración Central Tibetana señaló sus labios diciendo “bueno, entonces creo que aquí también”, para después realizar una de las acciones que provocó la reacción negativa de seguidores y gente en general: tomarlo de la barbilla y besarlo en la boca.
Después de lo anterior, el Dalai Lama pide claramente al niño “chuparle” la lengua. Ahí, aunque el líder espiritual lo acerca y saca su lengua, ya no tuvo respuesta de parte del menor. El Dalai Lama, así como la gente que lo acompaña y el público, ríen.
Aunque muchos de los defensores de la acción del Dalai Lama echan por delante que “así son sus costumbres”, los críticos responden que éste agredió al niño violentando sus derechos, los cuales nunca deben ser sobrepasados por ningún tipo de tradición o costumbre. ¿Ustedes qué opinan?