¡Échame las luces, la cámara y la acción! ¿Los debates son un reality show o la mejor oportunidad para los candidatos de presentar sus propuestas? El espectáculo presidencial televisado, que arrancó en Estados Unidos y llegó a México más de treinta años después, siempre ha tenido sus detractores: que si estás carita te ayuda salir en la pantalla, que si dedicarte a decir propuestas hace que te veas aburridón o que si ocupas tu tiempo lanzando pedradas —¡PUM!— amaneces 10 puntos arriba en las encuestas.

Nunca sabemos qué momento de los debates quedará guardado en el recuerdo popular: tal vez será una frase pegajosa, un chiste digno de Chiquilladas, un gancho al hígado de tu piñata favorita o una mirada coqueta a la edecán que, sin razón alguna, contrató tu institución electoral.

En tiempos modernos podría ser el atinadísimo meme, el tweet perfecto o tal vez —se vale soñar— una propuesta bien definida, pertinente y puntual. Sin embargo, para refrescarnos la memoria de estos 24 años de debates presidenciales, pueden echarle un ojo al videito por acá:

En México hemos vivido cuatro elecciones presidenciales desde que debutaron las polémicas discusiones en televisiónpero estos años nos han dejado siete debates para recordar y posiblemente aprender. Entonces, acá te van los momentos que más recordamos de los debates presidenciales, las historias detrás de ellos y sirve que le medimos el agua a los camotes de la calidad histórica del discurso político nacional.

1994: El estrenón

Las únicas elecciones noventeras en la historia mexicana sucedieron en un momento extraño y no, no nos referimos a los peinados.

En los primeros meses de 1994, mientras Suave de Luismi acaparaba las bocinas nacionales, el Tratado de Libre Comercio estaba dando sus primeros pasos ya en funcionamiento. También, el Ejército Zapatista andaba con todo movilizando el país y el IFE —millennials jamás entenderán— se preparaba para organizar sus primeras elecciones presidenciales.

La crisis política llegó a su punto crítico con el asesinato de Colosio el 23 de marzo. Con eso, las elecciones se retrasaron tres semanas y el coordinador de campaña de Luis Donaldo tuvo que entrarle al quite por el partido tricolor.

Así llegamos al debate organizado el 12 de mayo de 1994 en el Museo Tecnológico de la CFE. Para esa fecha había 9 candidatos registrados, pero nomás invitaron a tres a participar: Cuauhtémoc Cárdenas, Ernesto Zedillo y Diego Fernández de Cevallos. La moderadora fue Mayté Noriega; hay voces que dicen que habían pensado en poner a Jacobo Zabludovsky o a Carlos Fuentes, pero ya no se armó.

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Foto: Cuartoscuro

Durante el debate, el Jefe Diego —que sigue activo en la polaca nacional— tomó los micrófonos y agarró parejo contra todos. A Cuauhtémoc lo acusó de promover el “marxismo-leninismo” y a Zedillo le dijo que su candidatura era producto de dos “tragedias”: la designación presidencial y la muerte de Colosio“La primera lo rebasa, no tiene usted ninguna culpa, pero la segunda lo descalifica, por lo menos si hablamos de democracia”, se aventó a decir el panista.

Cuauhtémoc Cárdenas, durante el debate seguía clavado con las elecciones del 88, ya saben, cuando se les “cayó” el sistema. “Fueron elecciones que todos sabemos estuvieron marcadas por el fraude electoral”, dijo. Años después, el hijo del Tata, afirmó que le había fallado la estrategia:“me equivoqué pretendiendo que al hacer propuestas esto tendría más efecto”.

¿Y Zedillo? El que eventualmente sería el presidente no estuvo muy activo en el debate, apechugó las críticas que le llovían y nomás le pidió a sus contrincantes que no lucraran políticamente con la muerte de Colosio.

Aquel día, los tres candidatos juntaron 34 millones de televidentes, que hasta la fecha es el mejor rating en la historia de los debates. Esa enorme audiencia ayudó a que Fernández de Cevallos, considerado por muchos como el ganador del debate, subiera del 9 al 26% en las encuestas, aunque de poco sirvió en la lucha electoral.

Días después, la presencia del candidato panista en los medios desaparecería y le dedicaría más de una mentada de madre a Televisa y al señor Azcárraga.

2000: Arranca el circo

En el 2000, Natalia Lafourcade, —y todos los mexicanos—, buscábamos un cerebro inteligente para que dirigiera el país. Tampoco queríamos un tonto loco que fuera baboso en la silla presidencial y con eso en mente, para el primer debate del siglo XXI, invitamos a participar a seis candidatos distintos; a ver si de ahí salía el bueno. 

La primer cita fue en abril, fue en el mismo lugar que en el 94, con la misma moderadora —vale la pena checar el cambio de look de Mayté Noriega— y con el mismito formato; nomás que ahora había montón. En este debate participaron Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Camacho Solís, Francisco Rincón Gallardo, Francisco Labastida, el tres veces candidato Cuauhtémoc Cárdenas y el eventual presidente, Vicente Fox.

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Foto: El Universal

Ese debate de abril es memorable, los candidatos se soltaron el chongo y dejaron frases que hasta la fecha son recordadas.

Porfirio Muñoz Ledo —que al final declinaría por Chente—, tenía una petición al aire que obvio, no fue respondida: “Esta no es una elección de supermercado”, dijo en su intervención inicial.

Por otra parte, el candidato del PSD, Gilberto Rincón Gallardo, tuvo un momento de claridad que hasta la fecha parece seguir vigente: “Decir ‘el cambio soy yo’ es lo más viejo que existe en la política mexicana”, se aventó a decir el ya fallecido abogado.

Manuel Camacho Solís —que también falleció en el 2015— utilizó su tiempo para lanzarse a la yugular sobre Francisco Labastida, el candidato del PRI. Le recordó su ineficacia con los eventos de Acteal, los acuerdos de San Andrés y el asuntito de Aguas Blancas. Mientras tanto, Cuauhtémoc Cárdenas, en su intento por recuperar los carritos que había enterrado en Los Pinos desde niño, nomás dijo que él no compartía amigos con los candidatos del PAN y del PRI.

 

Labastida, que nunca pudo quitarse la imagen de debilidad, se dedicó en el debate nomás a defenderse. Primero, acusó a Camacho Solís de ser “empleado” de Fox y luego, en un momento que quedará marcado en la infamia política se aventó la siguiente frase: (Fox) Me ha llamado chaparro, me ha llamado mariquita, me ha dicho La Vestida y me ha dicho mandilón”.

¿Qué dijo el aludido candidato del PAN? Vicente Fox se aventó otra de las frases más famosas de aquellas elecciones: “A mí tal vez se me quite lo majadero, pero a ustedes lo mañosos, lo malos para gobernar y lo corruptos no se les va a quitar nunca”.

—O tal vez no se le quitó—

El segundo debate de las elecciones del 2000, perdió el feeling de circo que traían esos comicios. En el debate organizado para el 26 de mayo, esta vez con Ricardo Rocha de moderador, los candidatos dejaron las narices rojas y los zapatotes en su clóset. De ese debate, probablemente lo más recordado fue el trabajo que les costó organizarlo. 

Para aquella ocasión, nomás participaron Vicente Fox, Labastida y el Inge Cárdenas, ya no invitaron a los otros tres. Sin embargo, unos días antes fue el famosísimo “Hoy, Hoy, Hoy”la terquedad del político guanajuatense que se convertiría en el lema de campaña que lo llevaría a la silla presidencial.

2006: Aprendimos su importancia

Hips Don’t Lie de Shakira era el éxito del momento. Mientras en Barranquilla bailaban así, en la Ciudad de México nos preparábamos para que la moderadora, Guadalupe Juárez, recibiera a casi toda la tropa de candidatos presidenciales. Aquel 25 de abril sería la primera vez que una candidata participaría en un debate televisado y también, esa misma noche aprendimos que, si eres líder en las encuestas te conviene presentarte en el debate.

Para el primer debate presidencial de las elecciones del 2006 participaron Patricia Mercado, Roberto Campa, Felipe Calderón y Roberto Madrazo. Ese día, Andrés Manuel López Obrador decidió no presentarse al debate por su “estrategia” y le salió caro. Según El Financiero, en la última medición previa al debate, López Obrador tenía el 35% de la intención de voto, al día siguiente perdió dos puntos completos en la misma encuesta.

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Foto: INE

Las autoridades electorales —o las televisoras— no escondieron la falta de un candidato, dejaron hasta el estrado vacío durante la transmisión; pero ahora sí, vámonos a los momentos memorables.

Patricia Mercado, le pedía a sus compañeros en el debate que “ojalá no se convierta en un ring”, para luego amenazar que sí traía los guantes.

Roberto Campa, candidato del partido debutante Nueva Alianza, tuvo un momento de apreciación de su propia campaña o de fuerte crítica a sus rivales. Aunque todavía nadie sabe de quién se burlaba en realidad: “Es más fácil que yo gane a que alguno de estos haga un buen gobierno”, dijo.

Roberto Madrazo, ahora le vamos a decir el hipster, porque podrá presumir que lo dijo seis años antes. Durante su presentación, tuvo la puntada de decir varias veces que “México está al revés”, una frase que pegaría has seis años después.

Mientras eso pasada, Felipe Calderón recicló un chiste de tres pesos cuando comparó a Madrazo con el nopal “por baboso por que cada día le salen más propiedades”.

Para el segundo debate, organizado para junio y con Adriana Pérez Cañedo de moderadora, ahora sí El Peje nos dignó con su presencia. Ese día, el debate fue entre dos: la campaña de Madrazo nomás no levantaba y lo acabaron de hundir cuando Calderón le recordó que estaba padre que utilizara sus propuestas, nomás que ‘porfa’ citara la fuente. 

El entonces candidato del PRD —en su primer intento por LaGrande—, ocupó su tiempo para afirmar que los otros partidos eran “más de lo mismo” y publicó una investigación sobre el hermano de Margarita Zavala, Hildebrando. Un escándalo que a 12 años después de su aparición en el debate, sigue siendo una sombra para la carrera política de Zavala.

2012: ¡Que pasen las redes sociales!

Para las elecciones presidenciales del 2012, la televisión y los medios digitales ya estaban en su máximo esplendor. Nos llenamos de spots, anuncios, tweets y las propuestas ya se discutían con todo en el Face. Los “telecandidatos” trabajaron a marchas forzadas para posicionar sus caras bonitas en la memoria de quienes sintonizábamos el debate.
Entonces, para el 6 de mayo, en el debate moderado —ooootra vez— por Guadalupe Juárez, nadie llegó preguntándose quiénes eran los candidatos.
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Foto: INE
A este debate, sí se presentaron completos. Todos estaban ahí, Andrés Manuel, Enrique, Josefina y Gabriel. Llegaron bañados y peinados —tu no, Quadri— para presentar sus propuestas en cadena nacional al ritmazo de Someone Like You de Adele, la canción que lideraba las listas del momento.
Josefina Vázquez Mota, prometía que sería “una candidata diferente” pero de propuestas nadie escuchó nada.
Mientras tanto, Enrique Peña Nieto, tuvo voz de profeta —¿quién diría?— y parece que desde aquel debate veía venir la creación de Por México al Frente, porque se la pasó acusando que el PAN y el PRD andaban haciendo amistades sospechosas.

López Obrador pasará a la historia en este debate por mostrar una fotografía al revés, y al tratar de componerla, terminar copiándole la frase —¿quién diría? Toma dos— a Roberto Madrazo, quien unos años antes le ganó la gubernatura de Tabasco.
Eran cuatro, ¿no? Sí, el que falta es el Charly García de la política, el candidato “ciudadano” de Nueva Alianza. Gabriel Quadri, sin que nadie lo esperara tuvo una participación tan sorpresiva como recordada. Es más, muchos medios reportaban su victoria. Sin embargo, tras pasar todo el debate recordando que él no era político —y sí, una que otra propuesta—, Quadri lo que se llevó fueron las burlas por andar de mirón.

Así es, hubo un quinto participante de aquel debate. La que probablemente fue la participante más mencionada aunque por todas las razones incorrectas. Eso sí, mínimo uno de los candidatos se veía muy dispuesto a declinar su campaña por ella. Ese quinto participante es Julia Orayén, la edecán argentina que, sin razón alguna, contrató el IFE para participar en el sorteo.
Armada con un vestido blanco, escote y papelitos para organizar el orden de los candidatos, Orayén ganó fama nacional instantánea.
Luego de la pachanga del primer debate, las autoridades electorales decidieron ser un poquito más conservadores en el segundo debate. Para el 10 de junio, los candidatos agarraron sus maletas y se fueron a Guadalajara para el primer debate en provincia.
De este debate, que fue moderado por Javier Solórzano no se recuerdan muchas cosas, excepto que desde esos años ya traía los lentes rojos.

Si acaso, recoradamos con alguna gracia el despertar de la campaña de Josefina Váquez Mota después de tirarle carrilla a Peña Nieto por andarse escondiendo en los baños de la Ibero y por tener la puntada de decirle candidato Cuadro al conductor de la combi más famosa del 2012.

 —Qué bueno que hemos profesionalizado los memes—

¿Qué pasará en el 2018?

Nos esperan las elecciones con mayor participación mediática. En estos momentos, hay más o menos 63 millones de mexicanos conectados a redes sociales y seguro no se nos escapará ninguna de las frases, los pleitos o los malos chistes; llenaremos de memes y comentarios nuestro timeline y el de los cuates.

Con los años, también hemos aprendido valiosas lecciones de buenas prácticas en estos diálogos políticos: los debates han ido mejorando en el formato, negarse a debatir los golpeará en las encuestas, las groserías no son bien vistas, seguro que nunca más llevarán a una edecán y probablemente las fotos sí las enseñen en el sentido correcto.

Nada más nos falta lo más importante, las propuestas.

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Soy Max Carranza y me he pasado la vida rodeado de memes, cultura digital y bastantes horas frente a las pantallas. En el camino me encontré la pasión por abordar los temas sociales más urgentes e intentar...

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