“La variación de una letra en una palabra no importa mucho”, solemos pensar cuando encontramos algún dedazo en un letrero o en algún texto. Sin embargo, a veces un pequeño error al escribir puede traer consecuencias tan grandes como una demanda.

En el caso de esta historia, donde el cambio de una letra “a” por una “e” le trajo a British Airways una demanda, después de que mandaron a un dentista estadounidense a Granada y no a Grenada.

Primero hagamos un pequeño repaso geográfico:

Granada: Ciudad española

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Grenada: País insular en el Mar Caribe.

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Es importante aclarar que en español, Grenada se escribe Granada, por lo que un error así sería más comprensible. Pero como mencionamos arriba, los que cometieron el desliz de mandar a un hombre a otro destino fueron los de British Airways.

Todo comenzó cuando Edward Gamson, quien llevaba dos años sin tomar vacaciones, se dio un tiempecito en sus actividades como dentista y decidió cumplir su sueño de visitar la Alhambra y el casco histórico de la ciudad de Granada, España; de ahí, iría a una conferencia en Lisboa. Por eso se llevó una gran sorpresa cuando en pleno vuelo descubrió que su viaje duraba más de lo esperado y descubrió que el avión se dirigía hacia una isla caribeña.

Ante esta pequeña desviación (el vuelo debía durar menos de 3 horas y el que tomó tardó en llegar más de 10 horas), Gamson le pidió a British Airways el reembolso del dinero que pagó por los boleto para él y su esposa, alegando que el error había sido de los agentes de la compañía IAG, con sede en Florida, quienes realizaron la reservación.

De acuerdo a lo declarado por Gamson, los boletos electrónicos que recibieron no tenían código del aeropuerto, ni país de destino o la duración del vuelo. Únicamente tenían el nombre “Grenada”.

Aunque la pareja recibió disculpas, nunca obtuvo un reembolso, ni tampoco los recolocaron en otro vuelo que los llevara de regreso a Londres y de ahí a España. Tras días de buscar una devolución, la pareja se dio por vencida y tuvo que conformarse con pasar esos días en la paradisíaca isla caribeña de Granada. Nunca conocieron España ni recuperaron los 2,650 dólares que les costaron los boletos.

Y es que como el propio Gamson dice ¿para qué querría ir de Reino Unido al Caribe, para de ahí dirigirse a Portugal?

Algo similar ocurrió el año pasado, cuando Lamenda Kingdon, una estadounidense de 62 años fue diagnosticada con cáncer y entre sus cosas por hacer antes de enfrentarse a un tratamiento quiso visitar esta ciudad española sin sospechaar que terminaría en la Isla de Granada.

A mi una vez me pasó así, cuando quería ir a Tepoztlán y acabé en Tepotzotlán.

*** Vía DailyMail

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