En cumplimiento con los acuerdos de paz firmados el año pasado y luego de más de 50 años en pie de guerra, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hicieron la simbólica entrega de sus armas, lo cual es un paso a que más de 7 mil combatientes constituyan un nuevo partido político en la nación sudamericana.

El evento realizado en Mesetas -municipio del departamento del Meta en el que la guerrilla tuvo su centro de operaciones- pudo ocurrir gracias a las negociaciones sostenidas por el comandante de las FARC, Timoleón Jiménez Timochenko y el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. Este último, encabezo la ceremonia acompañado por observadores de la ONU, a quienes los guerrilleros entregaron sus armas de forma simbólica.

“Dejen sus armas, vivan en paz. Somos un solo pueblo (…) Les tomo su palabra, Colombia entera les toma su palabra, y la comunidad internacional es testigo. La palabra será su única arma”, dijo Santos, para así dar fin a una guerra entre la guerrilla y el Estado, la cual se prolongó por 53 años y dejó aproximadamente 200 mil muertes y cerca de 8 millones de víctimas.

El abandono total de las armas ocurre siete meses después que el gobierno colombiano y la organización armada firmaran un acuerdo definitivo de paz, el cual tuvo que ser modificado luego del fracaso del plebiscito celebrado en octubre pasado. En éste, la mayoría de los colombianos votó en contra del acuerdo de paz, para impedir la posibilidad de que las FARC participaran en la vida política del país, además de estar en desacuerdo en que ninguno de los miembros de la guerrilla será encarcelado, pese a que algunos de sus actos son considerados por críticos como crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Lo que sigue para las FARC

“Ayer (éramos) ejército del pueblo, hoy de la esperanza del pueblo. Este día no termina la existencia de las FARC. En realidad, a lo que ponemos fin es a nuestro alzamiento de 53 años”, aclaró Timochenko, jefe de las FARC, las cuales en agosto próximo se constituirá como partido político.

Con el acto de ayer, cerca de 7 mil integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia quedaron desarmados, con excepción de 700 de ellos, quienes estarán destinados al servicio de seguridad… en lo que se “reintegran” a la sociedad, proceso que se prevé concluirá en agosto, cuando sean reconocidos como partido.

La paz no está garantizada, sobre todo porque han surgido otros actores que se han vuelto a levantar en armas (caso de la guerrilla del ELN); sin embargo, el haber logrado que las FARC optaran por la negociación, supone que se podría conseguir lo mismo con las nuevas fuerzas a las que se enfrente.

Información: El País, BBC, Milenio

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