Este fin de semana, llega a las pantallas de nuestro país la ganadora del premio “Una cierta mirada” del Festival de Cannes, “Después de Lucia”, una cinta que nos enfrenta a una problemática que hemos preferido ignorar por distintas razones.

De acuerdo con un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el primer lugar de la escala internacional en el número de casos por acoso escolar a nivel secundaria y, de acuerdo con información proporcionada por la Procuraduría General de la República, una de cada seis víctimas de este fenómeno termina suicidandose.

Personalmente, confesaré que dentro de mi gran ignorancia, pensaba que el “bullying” era un fenómeno magnificado, y es que ¿quién no molestó y fue molestado en su etapa escolar? Aceptémoslo, todos sapeamos, pero también fuimos sapeados. Nos burlabamos de unos, al tiempo en que otros más grandes se burlaban de nosotros y más o menos así se definía la “cadena alimenticia” de la escuela. De hecho, aunque no me lo pusieron precisamente en la escuela, el apodo de “Sopitas” es justamente un “prototipo” de bullying: cuando la gente me decía “Di Sopitas”, por mi seseo yo decía “Dopitad” y se burlaban….    Hoy yo me río más gracias a ese apodo.

Sin embargo, no dejaba de pensar que todo el tema era una gran exageración, hasta que, por azares del destino, me tocó un caso cercano, en donde el “niño abusado” , se cansó de ser la burla de sus compañeritos y después de meses de burlas y abusos, terminó mandando al hospital a uno de sus “abusadores”.  Con justa razón, los padres de unos y otros se alebrestaron y lo que parecía ser una simple “broma escolar” estuvo a punto de convertirse en una tragedia. Violencia genera violencia.

Según el estudio denominado “El bullying o Acoso Escolar” el 11% de los estudiantes mexicanos de primaria han robado o amenazado a algún compañero, tanto, que en el nivel de secundaria ese porcentaje alcanza a poco más del 7%, mientras que el porcentaje de estudiantes de sexto grado de primaria que declaran haber sido víctimas de robo en su escuela es de 40.24%.

Habitualmente no recomendaría tanto una película como lo hago con “Después de Lucia”, por el simple hecho de que nunca antes me había tocado ver una obra que retratara de manera tan fiel lo que hacen (o hacíamos) los adolescentes cuando vamos en la prepa. Cómo se relacionan, qué hacen, cómo hablan, cómo se comportan respecto a sus padres, todo esto armado alrededor de una desgarradora historia, como la que seguramente ocurre en muchas escuelas de nuestro país.

“Después de Lucia” es una película que puedes odiar facilmente porque crees que no te habla a tí; porque piensas que esas cosas no pasan, o porque simple y sencillamente crees que es “sólo una película”; pero no es la película en sí lo que nos debe importar,  sino el tema que nos está poniendo sobre la mesa. ¿Qué vamos a hacer para detener el bullying?

Hace unas horas compartimos el terrible  ciberacoso que terminó con el suicidio de una niña de doce años en Canadá;  ¿de verdad podemos seguir disimulando que no pasa nada?  ¿etiquetando de ‘chillones’ a los que denuncian, y alabando a los gandules?

Platicamos con Michel Franco, director de “Después de Lucia” sobre el tema, y éstas son sus palabras :

“Después de Lucia” se estrena este viernes en todo el país y será la película que representará a México en la competencia por el Oscar a la mejor película extranjera.

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