Tal y como varios de ustedes lo auguraron: 1) no pasaron muchos días para que el gobierno capitalino se redimiera ante el representante de Alemania en nuestro país, luego que éste fuera víctima del robo de su costosísima bicicleta y 2) los presuntos ladrones no son buenos comerciantes, ya que a pesar de que lo robado sí era bastante fino y su valor oscila los 40 mil pesos, ellos sólo pudieron obtener por él tristes 500 pesitos en un tianguis de Iztapalapa.
La flamante Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) informó que el domingo pasado se logró la detención de un grupo de personas a las que se les acusa del delito de robo de bicicletas. Además de las previsiones que la ley tiene por tal fechoría, los presuntos delincuentes recibirían la ira teutona, ya que se les relaciona con el muy sonado hurto de la bici del embajador de Alemania en México, Viktor Elbling.
César Barrera Galán, fiscal desconcentrado de Investigación en la delegación Cuauhtémoc, fue el encargado de tan importante anuncio, detallando que la detención de los malandrines se dio luego que estos robaran otras tres bicicletas en pleno Reforma… según Barrera, después de una buena calentadita, uno de los indiciados aceptó que él y uno de sus compañeros fueron los responsables del robo, el cual por el lugar y hora en que se realizó es vinculado al de la bici del diplomático alemán.
Aunque podría pensarse que los “pobres” rateros están sirviendo como chivo expiatorio del caso del embajador Elbling, las autoridades señalaron que los mismos ladrones declararon que tanto la bici del embajador como la de su acompañante fueron malbaratadas en un tianguis de Iztapalapa por 500 pesitos cada una… esto para deshonra del gremio delincuencial, ya que la bicicleta del embajador está valuada en 40 mil pesos, mientras que la otra en 10 mil.
Otra aclaración: la detención de la mini banda de rateros se logró no gracias a las investigaciones de las autoridades capitalinas, sino a la movilización de una ciclista, quien al percatarse que su bicicleta y las de sus acompañantes despertaron la atención de un grupito sospechoso, decidió documentar lo sucedido…
“Estábamos desayunando vimos llegar en moto a 4 tipos lo cual nos llamó la atención… Se dispersan por la avenida Reforma, de ahí todo comienza a ser muy extraño: empiezan a dar vueltas, simular hablar por teléfono todo esto alrededor de las bicicletas (…) Al verlo empiezo a tomarles fotos; cuando vemos corren a las bicicletas, cortan el candado y se llevan mi bicicleta, la de mi esposo y la de mi amiga; bajamos corriendo y alcanzamos a dos y el otro que lleva la mía se va al empezar los gritos”, narró la ciclista en correo enviado al sitio Aristegui Noticias.
Eso sí, ante los llamados de auxilio la policía entró de inmediato en acción y logró detener al tercer maleante… y bueno, después de 10 horas en el MP se logró levantar la denuncia correspondiente.