Esta mañana la Policía Federal de Brasil detuvo a Inacio Lula da Silva, ex presidente de aquella nación sudaméricana (en el período de 2003 al 2010).
De acuerdo a un comunicado de la policía, la detención tuvo lugar en la residencia del ex mandatario, como parte del operativo que se lleva a cabo para aclarar las sospechas sobre lavado de dinero y corrupción que podrían haber financiado buena parte de sus campañas y gastos personales.
Además de este domicilio, también fueron allanadas la vivienda de uno de sus hijos y otras residencias de la familia.
En el comunicado se menciona que hay pruebas de que Lula fue beneficiado ilícitamente gracias a un esquema de soborno establecido en la empresa estatal Petroleo Brasileiro SA, mejor conocida como Petrobras, mediante bienes raíces de lujo y pagos:
“El ex presidente Lula, además de ser el líder del partido, fue el responsable final de la decisión sobre quiénes serían los directores de Petrobras y fue uno de los principales beneficiarios de estos delitos. Hay evidencia de que los delitos lo enriquecieron y financió campañas electorales y al tesoro de su grupo político”.
Tras su detención Lula fue llevado a la sede de la Policía Federal, ubicada en el aeropuerto de Congonhas donde rendirá su declaración. En el exterior hay tanto opositores como seguidores del ex presidente, lo que ha caldeado los ánimos.
Esta detención, considerara la más importante en cuanto a la investigación de presunta corrupción en Petrobras, formó parte de la última fase de “Lavado de Autos”, una operación de la policía brasileña que consistió en 11 detenciones y 33 órdenes de allanamiento en varias ciudades brasileñas. En estas acciones formaron parte 30 auditores de la oficina de impuestos federales y 200 policías.
Lula es el líder más apreciado por el pueblo brasileño de los últimos años, ya veremos de qué forma le afectan a su imagen, y que repercusiones tiene este asunto en el Gobierno de Dilma Rousseff, quien no atraviesa su mejor momento.
Tssss… ¿algún día pasará algo así en México?