Ahora cuando le piden la hora, la acusada no sabe si se la están albureando.
En Las Vegas, Nevada una mujer fue arrestada por cometer dos robos: primero cobrar 300 dólares por sólo un masajito (sin saiote) y además por robar un Rolex de aproximadamente 35 mil dólares, al cual le dio un húmedo y fértil refugio, ya que luego de hurtarlo procedió a esconderlo en su vagina. Aunque el caso data desde el 15 de enero, ha salido a la luz ya que el abogado de la acusada – Christina Lavafe- alega que el reloj fue encontrado en el interior de su cliente de forma ilegal, por lo que la corte debe desestimar las pruebas.
La víctima –de 66 años- dijo a la policía que conoció a la sospechosa en el bar de su hotel, poco después ella se ofreció a hacerle un “masaje privado” (ahh, por eso los 300 dólares) a lo que él aceptó. Ya en pleno movimiento de carnes, la chica le pidió al longevo señor quitarse su relojito, para darle masaje a los brazos… después de algunos minutos se dio cuenta que el Rolex ya no estaba a la vista.
El sujeto llamó seguridad y ya ante las autoridades, la presunta ladrona alegó que el don la acusaba del robo por negarse a tener sexo oral sin condón.
Tras cateos en la habitación y mucho tiempo detenida, Lafave admitió haber sustraído el reloj y esconderlo en su vagina; para su completa detección los oficiales no pudieron aplicar el “old school” y tuvieron que llevar a la chica a un hospital, donde la pasaron por rayos X y doctores sustrajeron el aparato del interior de la mujer frente a un policía.
Ya que la operación para recuperar el Rolex le ha provocado dolores posteriores, la defensa de Lafave ha acusado a la corte que la intrusión médica fue ilegal, además de señalar que el reloj no fue robado, ya que fue un regalito que el señor le hizo a la masajista… ella sólo lo quiso guardar bien.
Como sea, la mujer se las verá en la corte el próximo 15 de mayo y podría pasar en prisión hasta 20 años.