Conocemos apenas algunas cosas sobre los hábitos del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump. Su obsesión tuitera, probablemente, es lo primero que salta a la cabeza. El mandatario está más pegado a las redes sociales que un influencer. Prueba de ellos son sus incendiarias y numerosas publicaciones, mismas que aparecen en todos los momentos del día. Ni qué decir de su documentada adicción por la programación televisiva. De acuerdo con un reporte de The Washington Post, el magnate y exestrella de reality show se la vive pegado a la TV. Ya sea viendo Fox, CNN, Fox Business o MSNBC. Según esta información, Trump pasa más de cinco horas pegadote a la telera, calla a miembros de su equipo cuando están interrumpiendo lo que está viendo y le grita al aparato cuando muestran notas que no le son favorables.

Corey Lewandowski, director de campaña del republicano durante las elecciones, y David N. Bossie, otro de sus asesores, escribieron un libro titulado Let Trump be Trump (Deja a Trump ser Trump), publicado el pasado martes 6 de diciembre, en el que revelan datos desconocidos sobre el actual mandatario de Estados Unidos. En el documento, los excolaboradores de Trump retratan a detalle cómo fue trabajar con el empresario mientras este contendía por la presidencia. Lewandowski y Bossie fueron despedidos del equipo del político y en el libro no ocultan la confusión que les provocó trabajar con el entonces candidato: “tarde o temprano, todo el que está con Trump acabará viendo un lado suyo que le hará preguntarse por qué escogió trabajar con él”.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos
Foto: Chip Somodevilla/Getty Images

En el libro se ofrecen detalles sobre otros aspectos de la personalidad de Donald Trump. Por ejemplo, la respuesta el magnate que le dio a Paul Manafort, sucesor de Lewandowski como líder de campaña, después de que este dijera que lo más recomendable era que no saliera tanto en televisión. De acuerdo con el testimonio de los exasesores, el político, quien estaba a bordo de una aeronave, solicitó al piloto que bajara la altitud para poder realizar una llamada telefónica y espetó lo siguiente: “¿Dijiste eso? Yo saldré en TV en cualquier momento que se me dé la gana y tú no dirás ni una sola palabra sobre mí (…) ¿Bajar el tono? ¡Quiero subirlo! ¿Eres un político profesional? Déjame decirte algo: soy un profesional en la vida, he dado una o dos vueltas. Y conozco a la gente como tú, con tu cabello y tu piel…”.

Manafort fue despedido poco tiempo después de este episodio.

¿Quieren ponerse “buenotes” como Donald Trump? Esta es su dieta

En otro de los apartados del libro, se habla sobre los hábitos alimenticios del presidente Trump. Según lo expuesto por Lewandowski y Bossie, la dieta del magnate no es muy saludable que digamos. Los excolaboradores aseguraron que el mandatario es un “aficionado de la comida chatarra” y que consume este tipo de alimentos varias veces a la semana. El libro señala que en el Trump Force One había cuatro grupos principales de comida: McDonald’s, Kentucky Fried Chicken, pizza y Coca-Cola de dieta (como para no engordar). En la aeronave también había paquetes cerrados de frituras y galletas Oreo; el republicano comía estos bocadillos siempre y cuando el paquete no estuviera abierto.

Donald Trump jugando tenis
Foto: Especial

Durante la campaña, refieren los autores, Trump se jambaba “dos Big Macs, dos Filet-o-fish (hamburguesas de pescado) y una malteada de chocolate”. En otra ocasión, recordaron Lewandowski y Bossie, el político republicano abandonó a un miembro de su staff en un McDonald’s porque su orden estaba tardando bastante. “Déjenlo, ya vámonos”, dijo.

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El amor de Trump por la comida chatarra no es secreto alguno. En enero de 2017, el diario británico The Guardian reveló todo lo que comía el mandatario de 71 años: tocino, Doritos, KFC, hamburguesas, sándwiches de pastel de carne, etc. A principios de noviembre, durante su visita a Japón, el mandatario comió con el primer ministro de ese país, Shinzo Abe. En la comida, Trump pidió una hamburguesa hecha con carne traída de Estados Unidos traídas del pequeño local Munch’s Burger. Días después, este local fue abarrotado por comensales japoneses que querían probar la “combinación presidente Trump” (hamburguesa con carne Angus y queso Colby Jack, porción de ensalada de col y papas fritas).

De acuerdo con un reportaje publicado por The Guardian, Estados Unidos ha exportado en las últimas décadas hábitos que fomentan la obesidad. Por ejemplo, desde que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entró en vigor, el consumo de bebidas azucaradas en México y Canadá han crecido exponencialmente.

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