Pocas cosas han cambiado tanto en los últimos años como los teléfonos celulares, de aquellos armastrotes que antes usábamos únicamente para hablar, a los modernos y ligeros smartphones de hoy en día, hay un mundo de diferencia. De hecho nuestras costumbres alrededor de estos gadgets también han cambiado con los años.

Ay sí, ay sí, tienes tu smartphone modernísimo y te crees el muy-muy ¿no? Pues para que veas de qué manera ha cambiado nuestra relación con los celulares, te presentamos diez cosas que hemos dejado de hacer con nuestros teléfonos móviles. A ver si se acuerdan de ellas…

1. Preguntar de qué compañía telefónica era el teléfono de alguien más

Antes los teléfonos celulares eran vistos como un verdadero lujo al que no todos tenían acceso. Hablar en ellos no era nada barato, menos si era entre números de diferentes compañías telefónicas. Así, cuando alguien nos pasaba sus datos, lo común era preguntar a qué compañía pertenecía, y con base en eso, calcular cuánto se afectaría nuestro bolsillo en caso de marcarles.

2. Pasar todo el fin de semana sin poner a cargar el teléfono

Como los celulares antes tenían muy pocas funciones, la batería nos duraba muchos días. Eso de olvidar el cargador de nuestro teléfono no era visto como una tragedia, pues lo más probable era que no lo necesitáramos. En cambio ahora, es raro el teléfono que nos rinde más de 24 horas sin necesidad de recarga.

3. Llamar y colgar antes de que nos contesten

Con el fin de ahorrar, antes muchos aplicaban aquello de “cuando llegue te marco, suena uno o dos tonos y cuelgo”. Con este tipo de claves nos ahorrábamos el costo de una llamada y mandábamos mensajes en clave.

4. Esperar a que sea de noche para poder marcar

Antes los planes tarifarios y las llamadas en prepago eran más baratos dependiendo la hora a la que se hicieran. Generalmente convenía hacerlo en las noches, razón por la cual muchos esperaban hasta esa hora para echarse sus platicadas.

5. Los SMS en Navidad y Año Nuevo

Esas dos noches todos caíamos en la cursilería de ponernos a enviar mensajes empalagosos a nuestros familiares y amigos. Había quienes escribían un mensaje personalizado para cada destinatario, aunque lo común era que mandáramos el mismo mensaje una y otra vez para evitar la fatiga. Lo malo era que por ahí de las 11 de la noche eran tanto los mensajes que la red se saturaba y llegaban de golpe a su destinatario como a las 3 de la mañana.

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6. Las cadenas de mensajes

Cambiaron… pero no tanto. Vía SMS te llegaba una cadena que te pedía que mandaras el mismo mensaje a varios de los números de tu agenda o si no sufrirías desgracias y mala suerte eterna. Ahora esas cadenas poco a poco están reviviendo en Whats App.

7. Navegar por WAP

Antes de que el internet móvil tuviera la funcionalidad actual, había equipos que te permitían acceder a contenido web vía WAP, lo cual además de salir caro, no permitía gran maniobrabilidad.

8. Bajar tonos y ringtones

Para quienes no querían usar los tonos monótonos que el celular traía por de foul, comenzaron a proliferar las empresas que vendían tonos de series de televisión, canciones o temas de películas. Eso sí, a veces los dichosos tonos sonaban tan primitivos que identificar a cuál canción aludía era casi imposible.

9. Usar fundas que te permitieran traer el celular en la cintura

Antes los teléfonos eran más grandes, por lo que no era tan fácil traerlos en la bolsa y lo más cómodo era comprar una funda que nos permitiera traer el teléfono en la cintura, y de paso nos hacia sentirnos los muy ejecutivos.

Ahora mientras menos gente lo vea mejor, por aquello de los robos.

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10. Presumir

Como ya se mencionó en algunos de los puntos anteriores, antes cargar un teléfono celular era signo de un estatus elevado y profesionalismo. Ahora tener uno de estos aparatos se ha vuelto cotidiano y mucho más accesible. Aun hay modelos a los que no toda la población tiene acceso, pero en sí, tener teléfonos celulares se ha vuelto común.

¿Alguna que nos haya faltado?

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