Dicen que el tiempo pasa rapidísimo cuando te diviertes. Esta sentencia podría explicar por qué el último mes nos ha parecido eterno. Donald Trump cumple hoy, 20 de febrero, un mes de haber tomado su cargo como presidente de Estados Unidos. Medios de comunicación como la revista Time o el diario español El País han calificado su corta gestión como desastrosa y caótica. Pareciera que con cada día que pasa ésta se vuelve más irrisoria e inverosímil. Más allá de sus polémicas determinaciones, hay que hacer énfasis en sus recurrentes deslices.

La publicación española indica que desde que Trump se hizo cargo del puesto, “ha hecho del vértigo su agenda”. El presidente de Estados Unidos ordenó la construcción del muro entre México y su país, el polémico veto migratoria contra ciudadanos de siete países, el comienzo del desmantelamiento del ObamaCare, la salida de su nación del Acuerdo Transpacífico, destituyó a una fiscal general (por no defender el #muslimban), le dio las gracias a Michael Flynn, exconsejero de seguridad, y hasta se enfrascó en una pelea con sus propios servicios de inteligencia.

El presidente Trump ha protagonizado un par de resbalones de consideración tan sólo en los últimos cuatro días. El primero ocurrió el pasado jueves 16 de febrero, cuando el mandatario se enfrascó —nuevamente— en una discusión con miembros de la prensa. Donald Trump calificó a un sector de los medios como personas deshonestas: “estoy aquí para llevar mi mensaje directamente al pueblo (…) porque muchos periodistas de nuestro país no les dirán la verdad y no tratarán a la maravillosa gente de nuestro país con el respeto que merecen”.

A diferencia de lo que los medios de comunicación en su país y en el extranjero han calificado como una administración fallida, el magnate declaró que su gobierno “funciona como una máquina bien aceitada”, además de asegurar que desde Washington, Nueva York y Los Ángeles la prensa habla por sus intereses particulares y no por los del pueblo. Durante la conferencia, Trump mandó a callar y a sentarse a algunos reporteros.  Claro, también escupió sin ton ni son esa frase que algunos funcionarios mexicanos ya hasta le copiaron: fake news.

La pifia más reciente del presidente Trump

El pasado sábado 18 de febrero, el presidente Trump tuvo un nuevo resbalón al referirse a un supuesto siniestro que habría pasado en Suecia (o algo así). El empresario neoyorkino, justificando su cuestionada política migratoria, aseguró que países como Alemania, Bélgica o Suecia sufren consecuencias imprevistas debido a sus medidas de recibir refugiados en su territorio. “Tenemos que mantener nuestro país seguro. Miren lo que está pasando en Alemania. Miren lo que pasó anoche en Suecia. ¡Suecia! ¿Quién podría pensarlo?”.

La afirmación del presidente causó —primero— algo de confusión, para después volverse en pitorreo. A la burla contra Trump incluso se sumó el exprimer ministro de Suecia, Carl Bildt, quien cuestionó a través de Twitter: “¿Suecia? ¿Ataque terrorista? ¿Qué ha estado fumando (Trump)?”. El presidente Trump, después, aclaró que se refería a un segmento del programa de Tucker Carlson, en el que entrevistaron a un cineasta que buscaba ligar la entrada de refugiados a Suecia con el aumento de inseguridad.

Trump y los hechos alternativos

Ésta no es la primera vez en que el presidente Trump y su equipo hacen gala de sus alternative facts. Kellyanne Conway, asesora del mandatario, cuestionó a la prensa a principios de febrero por no brindarle cobertura a la masacre de Bowling Green. Conway trataba de justificar el #MuslimBan y tenía razón: los medios de comunicación no publicaron información sobre Bowling Green… porque la masacre nunca pasó. En otro episodio de hechos alternativos, el virulento vocero presidencial Sean Spicer hizo referencia a un tiroteo suscitado en Atlanta, después dijo que se refería a Orlando.

El jueves 16 de febrero Mr. Trump protagonizó un nuevo capítulo en su telenovela personal de verdades alternativas. El magnate presumió que el triunfo electoral que obtuvo en las elecciones del pasado 8 de noviembre (en las que alcanzó 306 votos en los colegios electorales) era el mayor triunfo desde Ronald Reagan (350 votos). Un periodista reviró la afirmación, al señalar que tanto Barack Obama como George W. Bush habían superado esas cifras (365 y 426 votos electorales, respectivamente). Trump sólo contestó que ésa era la información que le habían dado.

La única noticia positiva de que se cumpla un mes de la presidencia de Donald Trump es que solamente faltan otros 47 para que la pesadilla se termine.

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