El periódico estadounidense The Washington Post ha sido una de las publicaciones más críticas del presidente electo Donald Trump: ellos fueron los encargados de difundir la polémica grabación en la cual se podía escuchar al magnate neoyorkino profiriendo comentarios sexistas, misóginos y lascivos contra las mujeres… donde se originó el infame “grab them by the pussy”, pues.
Aquel episodio, en teoría, iba a impactar las preferencias electorales a favor de la candidata demócrata Hillary Clinton, e incluso fue uno de los temas más recurrentes en los debates presidenciales, pero no… todos sabemos en que terminó la historia. Ahora, a través de su editorial, The Washington Post volvió a la carga y criticó el plan de migración propuesto por el sucesor del presidente Barack Obama.
En el texto titulado “América, ¿la punitiva?”, la publicación estadounidense afirma que no están de acuerdo con mucho de lo que propone y representa Donald Trump, aunque aceptan que la administración de Obama trató de reescribir la ley de inmigración casi de manera unilateral. Aunque eso sí, señalan que no hay que confundir peras con manzanas: una cosa es aplicar la ley y otra, muy distinta, es la “crueldad gratuita”.
Según la editorial, Trump caería en la segunda categoría en caso que su objetivo de deportación sean los jóvenes, los cuales han sido protegidos por Obama desde 2012. A partir de ese periodo, aproximadamente 750 mil inmigrantes indocumentados —en su mayoría adolescentes que crecieron en Estados Unidos y se graduaron en sus escuelas— han recibido permisos de trabajo y seguro social.
Estos jóvenes —de acuerdo con el diario— tienen trabajos, pagan impuestos, tienen cuentas de banco y viven “productivamente y respetando la ley”. De acuerdo con el Post, sería un error que Trump tome la base de datos del programa para ir a su caza, cuando la mayoría de estos jóvenes son culturalmente estadounidenses y muchos desarrollan sus carreras para contribuir a sus comunidades.
Como sea, Trump ha suavizado en algo el discurso utilizado durante la campaña: se pasó del deportar a todos los inmigrantes, a sacar del país a aquellos que cuentan con antecedentes criminales… y se decidirá qué hacer con el resto (entre 8 y 9 millones de personas) una vez que se garantice la seguridad en la frontera; la irrealizable idea del muro fronterizo ha tocado los terrenos de la factibilidad y ahora se piensa que partes de la barrera sean una muralla “virtual” vigilada por drones.
