El día de hoy corrió por las redes sociales un video en el que el alcalde priista de Zapopan, Héctor Robles Peiro, dice que “Yo prefiero invertirle a los chavos, que tengan oportunidad [corte de edición] que meterle dinero a una calle que además seguramente no tienen carros los vecinos de esas colonias marginadas” (sic).
La declaración causó polémica, no precisamente porque al edil le preocupara la educación antes que la pavimentación, sino porque le parecía que invertir en pavimentación en una colonia sin autos (asumiendo que por ser marginada no tiene autos ni necesita la circulación de autobuses escolares y de pasajeros, vehículos de servicios, etc) justificaba no invertir en su pavimentación, en lugar de considerar la idea de impulsar el desarrollo integral y urbano de tal zona marginada.
En entrevista con Joaquín López Dóriga, el alcalde se defendió diciendo que “es un video manipulado de una entrevista que ofrecí hace un año”. El contexto de la afirmación, argumenta, fue la discusión sobre el incremento en los jóvenes que no estudiaban ni trabajaban. Ello debería explicar la declaración de que prefería invertir en los chicos y no en obras de infraestructura.
Además, agregó, no renegaría de “estas personas” (los marginados), cuando él proviene de una familia humilde.
Definitivamente se trató de una elección de palabras desafortunadas y, además, en contexto o fuera de él se trata de un argumento inválido, pues la inversión en el desarrollo de los niños y jóvenes de familias desprotegidas no puede excluir el desarrollo urbano de sus zonas, antes bien, debe incluirlo.
@plumasatomicas