Cobrándose la metidota de cuchara que mexicanos hicieron cuando él estaba en campaña, ahora Donald Trump hace lo propio. A través del secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, el gobierno del exótico republicano señaló qué tipo de presidente mexicano le gustaría que fuera elegido en las próximas elecciones. Mejor dicho, qué tipo de presidente no le gustaría.
Ya que hace unos meses legisladores andaban quebrando piñatas con la figura de Trump, en spots de partidos políticos le dedican gritos homofobos y hasta Vicente Fernández cantó a favor de la candidata opositora, el senador republicano, John McCain, señaló que siente como que en México existe un sentimiento “antiestadounidense”. Bueno, antiTrump… pero ya que él es su máximo representante, pues se entiende.
Con esa idea en mente, el legislador externó su preocupación respecto a las próximas elecciones presidenciales en nuestro país: “si la elección en México fuera mañana, probablemente se obtendría a un antiestadounidense de ala izquierdista como Presidente de México. Eso no puede ser bueno para Estados Unidos”, señaló McCain al secretario de Seguridad Nacional, John Kelly… aunque sin decir nombres, para saber quién para él representa la izquierda mexicana.
Y bueno, en lugar de decir: “pues déjalos, será muy su bronca”, el buen Kelly, reafirmó:
No sería bueno para Estados Unidos ni para México”.
Lo dicho por Kelly fue durante una audiencia en el comité de Seguridad Interna del Senado, previo a un encuentro con el secretario de Relaciones Exteriores de México, quien (otra vez) está de gira por Estados Unidos.
De acuerdo con Animal Político, en su comparecencia ante el Senado estadounidense, Kelly también dio más detalles sobre cómo será el muro fronterizo con México. “Sólo diré que es improbable que construyamos un muro o una barrera física de una costa a la otra, pero es muy probable que la pongamos donde los hombres y mujeres (de la seguridad fronteriza) me digan que debemos ponerla“.
No resulta una novedad saber que la administración de Trump se encontró con algunos problemas para poder señalar de dónde sacará dinero para la construcción del muro que dividirá (más) a Estados Unidos de México. Sin embargo, de no poder contar con una barrera física, la administración de Trump echará mano de la tecnología para vigilar su frontera del paso de inmigrantes. En las partes en las que no se coloque muro, señaló Kelly, se podría recurrir a alternativas de seguridad como drones.