Dorian es una banda originaria de Barcelona, por lo cual han estado directamente relacionados con la situación que se vive desde hace varios años entre Cataluña y el resto de España, donde la comunidad autónoma busca su independencia ante la difícil situación por la que atraviesa Europa. Dorian, una de las bandas españolas con mayor proyección internacional, nos explica en qué consiste esta complicada situación:
El Gobierno de Cataluña lleva cuatro años echando un intenso pulso político al de España. El motivo: la secesión de Cataluña del territorio español. Como es bien sabido en México (tierra que acogió tan solidariamente a los exiliados catalanes que huían de la dictadura franquista tras la guerra civil española), Cataluña tiene su propia lengua (el catalán) y no pocas singularidades históricas y culturales que conforman una identidad.
Como consecuencia del malestar ciudadano provocado por la crisis económica que se ha vivido en Europa estos últimos años, así como por la corrupción política que ha azotado prácticamente a todos los partidos en España, empezó a calar entre buena parte de la población catalana la idea de que en una Cataluña sin España se viviría mejor. Al ser un territorio más pequeño, económicamente desarrollado y con menos población, todo sería más fácil de manejar.
Territorialmente España funciona de un modo similar a México. Lo que ustedes llaman Estados en España son autonomías (17 en total).
Cataluña es una de las autonomías que más aporta a la economía del conjunto de España. Por este motivo, desde hace años el Gobierno de Cataluña demanda al de España un nuevo pacto fiscal que permita equilibrar la balanza entre lo que se entrega y lo que se recibe. Estas demandas han sido sitemáticamente desoídas por el Gobierno de España, actualmente en manos del Partido Popular, partido de derechas liderado por Mariano Rajoy, actual presidente de España.
El 18 de junio de 2006 los catalanes refrendaron el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Este estatuto contenía artículos con los que el Gobierno central no estaba de acuerdo. Por ejemplo, reafirmaba a Cataluña como nación por las singularidades históricas y culturales arriba mencionadas. El 31 de julio de 2006 el Partido Popular interpuso ante el Tribunal Constitucional de España un recurso de inconstitucinalidad del Estatuto que los catalanes habían aprobado.
Como consecuencia de esto, cuatro años más tarde, en 2010, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucionales 14 artículos del Estatuto de Cataluña y declaró que “carecen de eficacia jurídica” las referencias que se hacen en el preámbulo del Estatuto a “Cataluña como nación”.
Este mazazo jurídico encendió el sentimiento nacionalista en el corazón de muchos catalanes, que han salido a manifestarse masivamente desde entonces todos los años reclamando la independencia de Cataluña.
El sentimiento nacionalista catalán no es nuevo, pero en los últimos años ha logrado seducir a una buena parte de la población catalana, cansada de sufrir la crisi económica y cansada también del gobierno del Partido Popular, que sistemáticamente ha actuado como un muro frente a las demandas del Gobierno de Cataluña.
El pasado 27 de septiembre se celebraron en Cataluña las elecciones autonómicas. El resultado de estas elecciones, consideradas plebiscitarias por el Gobierno catalán, mostraron a una población polarizada al 50% entre los que se decantan por la independencia y los que no, pero en número de escaños y representatividad parlamentaria hay que decir que la suma de las fuerzas políticas independentitas (que es una amalgama de partidos de izquierdas y de derechas que apenas tienen en común la idea de la independencia de Cataluña) ganó ampliamente las elecciones, cosa que sin duda endurecerá el pulso político entre Cataluña y España en los próximos meses.
Este choque de trenes está lejos de haber terminado, pero una cosa está clara: la Cataluña partidaria de la independencia apenas tiene apoyos internacionales y está siendo aislada, ya que no interesa a Europa el desmembramiento de un país del peso de España en los momentos de crisis económica e institucional en los que (todavía) se halla el viejo continente.