Pregúntale a cualquiera cuál es la capital del amor y siempre obtendrás la misma respuesta: Tlalpan París. Los paseos por el río, la visita al panteón y la selfie frente a la torre Eiffel siempre deben venir coronados por lo que desde 2008 es la tradición de los enamorados por excelencia: dejar un candado en el Pont des Arts y aventar la llave al río Sena.
Durante años, los enamorados han llenado el puente de candados lo que lo ha inflamado tanto de amor, que este fin de semana, una parte de la baranda terminó por ceder y derrumbarse. El puente fue evacuado por las autoridades y a su exposición de amor ahora le faltan 2.4 invaluables metros.
Desde que el fenómeno de los candados comenzó en 2008, el asunto ha sido un dolor de cabeza para las autoridades parisinas. Aunque la tradición se ha concentrado en los 150 metros del Pont des Arts, muchos candados se han encontrado en distintos puntos de la ciudad. 40 candados ha sido retirados de la Torre Eiffel, por ejemplo.
No todos los parisinos aman los candados. Muchos opinan que se ven horribles y que son puro vandalismo (señoras argüenderas). Ellos advirtieron durante mucho tiempo de los riesgos que implicaba el aumento de peso por los candados y bueno… los argüenderos terminaron por tener la razón, maldito destino.
En una carta abierta a la alcaldía de París, los organizadores del movimiento aguafiestas que quiere acabar con la tradición, se leía:
“[los candados son] como una plaga en los puentes y lugares históricos de nuestra ciudad. Esto es más evidente en el Pont des Arts, que ha sido terriblemente degradado, tanto visual, como estructuralmente. En unos pocos años, el centro de París se ha hecho feo, privando a los parisinos de la calidad de vida y la capacidad de disfrutar de forma segura de sus propios espacios públicos a lo largo del Sena, que ahora está contaminado por miles de llaves desechadas”.
Por su parte, las autoridades de la ciudad escribieron en su sitio web:
“Es maravilloso ver tal cantidad de parejas devotas, sin embargo, el ritual parece estar contrayendo serios problemas por el peso de los pequeños candados de acero […] ¿debe el Pont des Arts convertirse en una víctima de los enamorados que desean solemnizar su amor eterno?”
Ok… además de ser la forma más rara de terminar una pregunta en el sitio web de una alcaldía… ¿no pueden sólo poner un refuerzo en el puente?
En fin, ya saben lo que dicen: el amor mueve montañas, corroe cimientos, tira puentes y demás actividades de destrucción… tanto en Tlalpan como en París.
Vía: The Guardian