Sergio Romero se convirtió ayer en el héroe de la Selección Argentina, hizo lo que Lionel Messi, Ángel Di María y Sergio Agüero no pudieron dentro de la cancha, atajó dos penales contra Holanda y catapultó a su equipo a su quinta final de Copa del Mundo.
Como si se tratara de un dejavú, los argentinos volvieron a una instancia como esta de la misma forma en que lo hicieron en Italia 90, gracias a dos penales parados por Sergio Goycochea (Roberto Donadoni y Aldo Serena), en donde por curioso que suene también se vieron las caras con Alemania.
Pero lo ocurrido ayer bajó los tres palos de la Arena Sao Paulo no fue obra de la casualidad y mucho menos una imitación de lo que pasó hace 28 años, ya que el “Chiquito” parecía tener todo bajo control desde un principio.
Esto a raíz de que una televisora argentina diera a conocer algunos fragmentos en video de cómo el guardameta del Mónaco tenía anotaciones en un papel, las cuales se supone dirían qué jugador tiraba hacia qué lugar, todo en un estudio detallado y previendo que los disparos desde los once pasos llegaran.
Y así fue. Romero iba y venía de un palo a otro y revisaba dicho papel, lo guardaba en su pantaloncillo y se disponía a atajar, de esta manera el arquero evitó que Ron Vlaar y Wesley Sneijder acertaran sus disparos.
El estudio de los rivales es una situación que se tiene prevista desde antes de comenzar el partido, los estrategas saben y conocen lo que posiblemente hará el rival, por lo que esta vez, y así como lo hiciera Jens Lehmann en Alemania 2006, el papelito le funcionó al arquero argentino.