Por si no lo sabían, el presidente Enrique Peña Nieto se portó muy bien el año pasado, por tal motivo de regalo de reyes anticipado le avisaron que el próximo 6 de enero tendrá un encuentro con Baltazar Barack Obama, con quien seguramente verá que fregados hace con tanta baja en el petróleo, qué hacer con tanto niño deportado y varios otros asuntos de la agenda internacional.
Pero para evitar que cualquier protesta se plante para partir su rosca en inmediaciones de Los Pinos nomás porque previamente se había avisado que quizás sobre la desaparición de los normalistas en Iguala no se iba a hablar, pues ya salió el subsecretario para América del Norte, Sergio Alcocer, a decir que siempre sí se hablará del tema incómodo.
Para emoción del respetable, en conferencia de prensa el funcionario de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) señaló que EPN hará mención de “la preocupación del gobierno mexicano por el fenómeno de violencia, que no se circunscribe sólo a México”… eso sí, recalcando que hasta en los mejores países son violentos; en Estados Unidos, por ejemplo, tienen su Missouri.
Bueno, como a los presentes a la rueda de prensa con lo anterior no les quedó claro de qué forma de abordará el caso Ayotzinapa, Alcocer trató de ser más preciso, indicando que se le dará las gracias al gobierno de Obama por la preocupación que ha mostrado y por su cooperación para aclarar la barbarie ocurrida el pasado 26 de septiembre:
“Hemos guardado una estrecha colaboración con distintos países del mundo, es el caso de Austria, de Argentina, también hemos recibido ofrecimientos de otros países como es el caso de Estados Unidos y de Chile”.
En pocas palabras el tema se tocará nada más de pasadita, ya que el propio subsecretario detalló que los temas de la agenda de estos dos grandes de la paz –Obama hasta el Nobel tiene- serán: migración, seguridad y justicia… claro, sin dejar de hablar del narcotráfico, asunto que siempre se ha mantenido como alta prioridad en la relación entre las dos naciones, aseguró Alcocer.
Respecto a una posible partida de rosca y -en caso de que a Obama le salgo muñequito- dónde sería la tamalada, no se ofrecieron detalles… ya saben, asuntos de seguridad nacional.