Nueva Zelanda no solo ha logrado aplanar la curva del COVID-19, la está eliminando. Aunque el país de Oceanía acumula  más de 1283 contagios, la suma de personas recuperadas es mayor que la cantidad de contagios diarios. Sin duda, una marca récord que despierta la envidia del resto del mundo. Aquí no hay magia ni milagros, las estadísticas son el resultado de una estricta, breve y nada compleja metodología para erradicar el coronavirus a la brevedad posible en la región insular.

La verdad es que la Primera Ministra, Jacinda Arden, ha sabido equilibrar el protocolo de emergencia, en una estrategia de estire y afloje. Lo suficientemente ligera para que la población no caiga aterrada en una psicosis colectiva, a la par que exige medidas cautelares sumamente estrictas, para que la gente asuma el compromiso y permanezca en sus hogares el mayor tiempo posible.

El exitoso plan de Nueva Zelanda por aplanar la curva del COVID-19
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Durante la segunda semana de maro del 2020, prohibió a toda la población realizar actividades no esenciales, los lugareños pueden realizar caminatas y viajes en bicicleta, pero dentro de las limitaciones de su respectivo vecindario. La circulación en auto, se limita exclusivamente a emergencias, para no entorpecer los servicios sanitarios.

Pero luego, el pasado 8 de abril, confesó a través de una conferencia televisada, que el conejo de pascua y el hada de los dientes, son trabajadores esenciales, en Nueva Zelanda cuya labor no puede ser prescindida. Sin embargo, la orden de distanciamiento de al menos dos metros entre persona y persona, se sigue al pie de la letra. Mientras que en el supermercado, la cosa no es diferente, la entrada es restringida a cierto número de personas y en cuanto salen, otro grupo entra.

El exitoso plan de Nueva Zelanda por aplanar la curva del COVID-19
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Además, se puso en marcha  una campaña que llegó a los ciudadanos a través de SMS, en donde se aconsejaba: “Actúa como si tuvieras Covid-19. Esto salvará vidas. Hagamos todo lo posible para unirnos contra Covid-19”. Nueva Zelanda, llegó a presentar 109 contagios diarios,  fue en ese preciso instante en que Arden advirtió que Italia, llegó a presentar esa misma cifra, por lo que antes de esperar a que la situación apremiara, cerró todas sus fronteras y canceló todos las salidas y llegadas aéreas.

“Las señales son prometedoras para Nueva Zelanda”, dijo para el Washigton Post, Ashley Bloomfield, directora general de salud. Y es que, lo inverosímil es que con las medidas similares tomadas en casi todo el mundo, tan fáciles de cumplir, en tan solo dos semanas, han logradao aplanar la curva del COVID-19.

El número de nuevos casos, ha descendido en dos días consecutivos, a pesar de presentar 54 nuevos casos confirmados o sospechosos. Sin embargo, la cantidad de personas recuperadas sumaron la entusiasta cantidad de 65 dentro del mismo periodo. Después de lograr aplanar la curva del COVID-19, sería un grave error confiarse. La Primera Ministra, ha hecho hincapié de que Nueva Zelanda debe completar al menos cuatro semanas de encierro, el equivalente a dos ciclos completos de incubación de 14 días, para poder darse el lujo de bajar la guardia.

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