En 2015 finalizarán poco menos de cien años desde que éste formato se popularizó para hacer cine. A partir de ese momento, todas las películas que se produzcan en su totalidad estarán filmadas en formatos digitales. Curiosamente, la debacle finalizó una vez que Kodak se declaró oficialmente en bancarrota el año pasado.
Fritz Lang, Kubrick, Hitchcock, Goddard, Fellini, Allen, Del Toro, y otros tantos cientos de directores alrededor del mundo tienen algo en común, la mayoría de sus trabajos se realizaron en el formato de 35 milímetros, mismo que según un estudio de la publicación Screen Digest, disminuirá tanto en 2015 que se considerará prácticamente desaparecido.
A lo largo y ancho del planeta, cientos de miles de salas de cine se tendrán que mover al formato digital para no quedarse a trás en un mundo que cambia de manera violenta; sin embargo, esta transición también permitirá a más personas hacer cine de calidad profesional sin necesitar el apoyo de una gran productora.
Por otra parte, el costo de transición de film tradicional a formatos digitales de Alta Definición deberá ser pagado por cineastas y productores a través de un impuesto conocido como Virtual Print Fee diseñado para que las salas recuperen su inversión a base de las ganancias por exhibición. El costo por sala para convertir celuloide en formato digital será de aproximadamente 500,000 pesos.
El tortuoso proyecto para moverse de los 35 milímetros inició hace poco más de un año cuando los grandes estudios, para enfrentar los anuncios de Kodak y Fujifilm de que abandonarían la fabricación de la materia prima para éste formato, comenzaron a obligar a los cineastas para que se movieran al cine digital.
Peter Jackson es uno de los que mejor se ha adecuado al cambio. Su película “El Hobbit” se convirtió el pasado 14 de diciembre en la primera producción en filmarse y proyectarse a 48 cuadros por segundo con calidad 3D en HD.
Gracias, film de 35 mm, por hacernos tan felices a lo largo de más de 90 años.