Ayer inició  el juicio contra un grupo de neonazis acusados de 10 asesinatos racistas, varios robos a bancos y atentados con bombas. Es el proceso más importante que tiene que ver con violencia perpetrada por la ultraderecha  desde la Segunda Guerra Mundial.

Una de los principales acusados es Beate Zschäpe, la única superviviente del trío terrorista que se autonombraba «Subsuelo Nacionalista» (NSU). Al grupo se le atribuyen el asesinato de ocho migrantes turcos, uno griego y una mujer policía, todos estos entre el 2001 y el 2007.

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Además, se juzga a cuatro presuntos cómplices.  El proceso incluye 77 querellantes (familiares de las víctimas), más de 600 testigos y se puede extender hasta 2015.

El tribunal germano amaneció en medio de fuertes medidas de seguridad, manifestantes anti-nazis y medios de comunicación (mucha gente protestó en las afueras, algunos parientes de las víctimas).

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En su primera aparición pública, Zschäpe apareció serena. El fondo racista de los crímenes perpetrados por el grupo de NSU salió a flote en el momento en que dos de los principales integrantes (Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt) se suicidaron para evitar ser detenidos.

Después de esto, Zschäpe incendió el lugar donde vivían los tres (en Zwickau, al este de Alemania) y se entregó a la policía. Se ha negado a declarar y ha anunciado que no hablará en todo el proceso, además, al entrar al lugar se quedó parada de manera que le daba la espalda a los fotógrafos de los medios. Esta actitud y el tipo de ropa que llevó ha hecho que el público emita contra ella titulares parecidos al que sacó el diario Bild »Der Teufel hat sich schick gemacht« (El diablo se ha disfrazado).

NSU Prozess - Zschäpe

El proceso es muy seguido por la comunidad turca, no solamente porque las víctimas hayan sido en su mayoría inmigrantes de ese país, sino porque Alemania es uno de los principales destinos de inmigración turca, así que la impartición de justicia contra un grupo neonazi xenófobo sería la muestra de la posición oficial del Estado frente a este tipo de delitos.

Además, después de la detención de Zschäpe, Anders Behring Breivik, el noruego que asesinó a 77 personas en 2011 (la mayoría miembros del las juventudes socialdemócratas), le envió una carta en la que se refería a ella como «querida hermana» y le instaba a utilizar el juicio para difundir la ideología de extrema derecha.

Zschaepe, a member of the neo-Nazi group National Socialist Underground (NSU) stands in the court before the start of her trial in Munich

Si esto no fuera poco, el juicio está envuelto en otra polémica, ya que desde 2011, han dimitido varios cargos del aparato de seguridad, como el director de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, Heinz Fromm, quien dimitió de su cargo tras reconocer que su departamento destruyó documentos relacionados con NSU. Por tal motivo el Parlamento alemán ha abierto una investigación para determinar por qué las fuerzas de seguridad ignoraron e incluso ocultaron durante tanto tiempo estos hechos.

Así que la resolución de este caso es importante para Alemania, ya que no sólo se juega el papel que tiene el país con el problema de la inmigración, sino que además, tiene que ver con la confianza que se le puede tener a sus instituciones, ante esto expresó la abogada de la viuda de una de las víctimas:

«El proceso es una oportunidad única para devolver la confianza perdida en el Estado de derecho»

NSU Prozess - Polizei und Medien

****Vía Die Welt europapress Spigel La Jornada (impreso)  ( Las imágenes fueron tomadas del diario Spigel, aquí se puede apreciar la galería completa)

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