El gusto por las armas del comandante veterano Dillard Johnson es más que un amor pasajero. A lo largo de su carrera militar, el oficial originario de Kentucky, asesinó exactamente a 2,746 individuos, la mayoría de ellos durante la guerra en Irak.
Johnson afirma que fue un fanático de las armas desde que era un niño, además de que su talento para tirar siempre fue notable. Se enlistó en el Ejército en 1986, pero tuvo que esperar hasta el 2003 para entrar en acción. Pronto hizo gala de un talento natural que lo hizo destacar en el ejército.
Entre las múltiples “hazañas” del veterano, se cuenta su asignación como francotirador, en la cual mató a 121 personas, las más lejana a una distancia de 750m. En sus memorias cuenta que prefiere asesinar con armas blancas y ligeras, y que en una ocasión tuvo que eliminar a varios enemigos con un cuchillo porque su pistola se había quedado atascada.
Tras retirarse del servicio, recibió 37 condecoraciones por parte de su gobierno. Actualmente enfrenta múltiples problemas de salud causados por una bala alojada en su pierna y cáncer en los ganglios linfáticos.
No cabe duda de que 2, 746 son demasiadas personas. Alguien diría que el gusto por las armas y la muerte de Dillard Johnson no es una cualidad, sino síntoma de un sociópata. Ustedes qué piensas, ¿héroe de guerra o asesino serial?