Después de los ataques terroristas sufridos en París, el Presidente de Francia François Hollande, se encontraba en el Stade de France viendo el partido que disputaban las selecciones de Francia contra Alemania, cuando uno de sus guardaespaldas le avisó de la situación de emergencia que estaba pasando afuera del estadio.
En un principio se dijo que Hollande había abandonado el estadio después del primer ataque, pero surgió una nueva fotografía en donde se le ve realizando una llamada telefónica a las 9:36, cinco minutos después de la segunda explosión, de las tres que sucedieron afuera del estadio.
Además, oficiales de policía que se encontraban en el lugar, aseguraron que uno de los atacantes tenía una entrada para el juego, pero que le prohibieron ingresar luego de que descubrieran que traía un chaleco con explosivos, por lo que se cree que esta persona quería entrar al estadio y explotarlo ante los 80 mil asistentes al juego, para comenzar una estampida mortal. Sin embargo, al ser descubierto comenzó a huir para detonarse a sí mismo en el pasillo J del estadio, matando a tres aficionados.
A pesar de que se escucharon, ésta y una segunda explosión, el partido no se detuvo hasta que miles de personas aterrorizadas comenzaron a invadir el terreno de juego, por miedo a salir del lugar. Alrededor de las 10:30, se le informó a la gente que evitara ciertas salidas del estadio debido a “eventos externos”, lo que en un principio suscitó el pánico, aunque después los asistentes comenzaron a cantar, abrazarse e intentar comunicarse con su seres queridos.