¿Que sería de Alonso Quijano si hubiera leído literatura rusa? ¿O si el don Quijote hubiera nacido de este lado del charco? ¿O si todas aquellas locuras hubieran sucedido en la ciudad de Monterrey? Pues esos enredos se vuelven realidad —¿o no?— en la nueva novela del escritor mexicano David Toscana
La novela se llama ‘El peso de vivir en la tierra’ y es, entre muchas otras cosas, una carta de amor a la literatura rusa.
Cuando llegan a la Tierra las noticias de la muerte de tres cosmonautas soviéticos que intentaban regresar de la estación espacial Salyut —una historia real, por cierto, de las únicas personas que han muerto en el espacio—, a Nicolás lo envuelve el luto.
Eso es suficiente para echar mano de su amplio y profundo conocimiento de Rusia para darle una vuelta entera a su vida. Mientras manda un telegrama a la Embajada con el pésame, decide ponerse su abrigo, su gorro de nieve y caminar hasta la taberna más cercana para beber un trago de vodka. Se cambia el nombre a Nikolái Nikoláievich Pseldónimov.
Ahí se hace amigo de Guerásim y se lo presentará a su esposa Marfa para poder encontrar en las historias rusas y en su propia imaginación el sentido al mundo en que no encajan.
Por cierto, tal vez se nos olvidó decírselos: Nicolás es mexicano, vive en el calorón de la ciudad de Monterrey en los años setenta. Cree que no le gusta el vodka porque tampoco lo ha probado.
Eso sí, leyó muchísimas novelas rusas.
“Y así fue como surgió esta idea quijotesca de que leer novelas rusas nos llevaría a ser un asesino, un alcohólico, un tuberculoso”, nos cuenta David Toscana desde un café en la Ciudad de México. Recordando la dinámica del antihéroe, de la tristeza o de las calles frías de San Petersburgo que se aparecen en tantas grandes narraciones.
En ‘El peso de vivir en la tierra’ vemos referencias a Tolstoi, Bulgákov, Chejov o Dostoyevski.
Un enredo de estilos, historias, temáticas —y mucho sufrimiento— que desde el primer momento se convierte una carta de amor a la literatura rusa que “tengo décadas leyendo, releyendo y llenando mis libros con subrayados”, confiesa Toscana. “¿Por qué un asesino en Dostoyevski es una obra de arte, pero en México es ruin y malvado?”
Y en ese juego entre imaginación, realidad y mundos completamente diferentes, nos encontramos de frente con la universalidad.
“La universalidad es donde un ruso también es un mexicano”, nos cuenta David Toscana. “Siempre hay gente que sueña por encima de la realidad y los podemos reconocer sin irnos San Petersburgo del siglo XIX. Quiere decir que las cosas nos pasan también a nosotros, aunque a nosotros no nos cae la nieve o preferimos el tequila al vodka”, ríe.
‘El peso de vivir en la Tierra’ está publicado en México por Alfaguara y ya lo pueden encontrar en librerías.