Este domingo tuvo lugar en Francia la gran Marcha Republicana, en la que al menos un millón de personas se movilizaron por las calles de París, encabezados por los familiares de las víctimas de los recientes atentados y por jefes de Estado de todo el mundo. Todos nos sorprendimos a ver a Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, coincidiendo en un mismo evento con Mahmoud Abbas, el presidente de Palestina. El día de hoy, el Canal 2 de Francia confirmó nuestra extrañeza: el mandatario israelí se invitó solo al evento.
Según fuentes cercanas a la diplomacia francesa, el gobierno en París habría reaccionado muy molesto cuando Netanyahu afirmó que asistiría a la marcha y respondió que, ya que el ministro judío viajaría a París, invitarían al Abbas.
La tarde del sábado un día antes de la marcha, la oficina de Netanyahu había anunciado que siempre no asistiría a la marcha, pero por la noche sus secretarios de Estado anunciaban, una vez más que al final sí.
Netanyahu fue atacado por medios israelíes que dijeron que se comportaba de manera tan voluble para llamar la atención local y,una vez logrado, asistir ala marcha y obtener votos para su grupo en los comicios que tendrán lugar el 17 de marzo y cuyos resultados no son fáciles de definir.
Por su parte, Abbas había decidido no ir hasta que se enteró de la decisión final de su enemigo y, entonces, avisó de improviso que estaría al frente de la manifestación.
El ministro de Relaciones Exteriores de Natanyahu, opositor del ministro y contrincante de campaña, anunció que asistía a la marcha horas antes que el jefe de Estado, lo que hizo pensar a varios medios que confirmaba que siempre sí iba para que su enemigo y compatriota no ganara más simpatía que él entre los franceses.
El día de la marcha Netanyahu tuvo el desatino diplomático de decirle a los judíos franceses que mejor se fueran para Israel, donde les garantizaba seguridad. “No solamente es el lugar hacia al cual rezan, sino que es su hogar seguro en la realidad”.
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