Después de ser el presidente de uno de los países más poderosos del mundo, uno creería que cualquier trabajo anterior a ese es insignificante y poco valioso, sin embargo, Barack Obama nos ha demostrado lo contrario.

Tal vez ustedes recuerden su primer trabajo, ayudando a su papá, tío o en alguna cadena de comida rápida, es muy probable que no les gustara, pero a quien no le gusta tener dinero. Obama también tuvo uno de estos trabajos de verano, durante 1978 se dedicó a atender una tienda de Baskin Robbins en Honolulu, su ciudad natal.

Filas y filas de helado duro puede ser brutal para las muñecas. Como un adolescente trabajando detrás del mostrador de un Baskin Robbins en Honolulu, no estaba interesado en lo que este trabajo significaba para mi futuro y más interesado en lo que significaba para mi tiro suspendido, escribió en Linkedin el día de ayer.

Tenía 16 años cuando Barak Obama entró a trabajar, justo en el verano antes de su último año de preparatoria en la prestigiosa Punahou School. Aunque durante ese tiempo el creía que afectaría su carrera como basquetbolista, hoy en día recalca todo lo que este trabajo le enseñó.

Mi primer trabajo de verano no fue exactamente glamoroso, pero aprendí muchas lecciones valiosas. Responsabilidad. Trabajo duro. Balancear un trabajo con amigos, familia y escuela, agregó el presidente.

Y a pesar que perdí mi gusto por el helado después de tantas cucharadas gratis, nunca olvidaré ese trabajo -o la gente que me dio la oportunidad- y como me ayudaron a llegar a donde estoy ahora.

Todo esto lo llevó a crear la iniciativa Summer Opportunity Project, un programa nacional que ayudará a los adolescentes a encontrar un buen primer trabajo, que les permita desarrollar valores como trabajo duro y responsabilidades, para que así, se alejen de problemas como las drogas o la delincuencia.

***vía: Bussiness Insider

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