La industria del cine nos ha regalado películas con la trama de “estafadores” a montón: Ocean’s Eleven, La Gran Estafa, American Hustle, The Score y The Wolf of Wall Street, por sólo mencionar algunas. Las cuales nos han enseñado prácticamente lo mismo, siempre hay alguien más listo que nosotros dispuestos a robarnos hasta la pelusa del pantalón.
Focus llega a la pantalla grande con una premisa parecida. Nicky (Will Smith) es un estafador consagrado, seductor, el rey de los robos, que conoce a la guapa Jess (Margott Robbie) quien apenas está aprendiendo a robar relojes. Él decide tomarla bajo su tutela y enseñarle el arte del engaño, pero por supuesto que surge la tensión sexual (algo que no nos sorprende) y el riesgo que ambos corren al enamorarse los separa.
Aquí es cuando comienza el problema de la cinta, pues tras esta “vuelta imprevista”, le siguen tres más, que termina por volver a la película en algo inverosímil y hasta absurdo por las situaciones que intentan representar, pero que sabemos que en la vida real no pueden funcionar.
Esto se vale, al final es cine, es ficción, su finalidad es entretenernos y esta película lo logra, gracias a las escenas de Adrián Martínez como uno de los amigos “delincuentes” de Nicky llamado Farhad. Rellena estos diálogos serios acerca de las estafas, con un toque de humor y nos desvía de la incesante introducción de “tensión sexual” entre los protagonistas.
Otra de las cosas que se agradece de la cinta, es la increíble estética que logran Glenn Ficarra y John Requa, que ya nos habían regalado una comedia romántica diferente e interesante con Loco y Estúpido Amor. Sin embargo, en Focus, el guión se ve un poco más forzado en cuanto a la historia de amor y a intentar disfrazar que el “robo” es algo divertido y fácil.
Lo que podemos rescatar es el “regreso” de Will Smith, y lo ponemos entre comillas porque el mismo guión no le permite ser el actor gracioso y con carisma al que nos tiene acostumbrados. Pero, sin lugar a dudas, es infinitamente mejor que en After Earth.
En el caso de Margot Robbie, se desaprovecha un poco la presencia de la actriz, para relegarla a un segundo plano y centrarse en los problemas morales del personaje de Will Smith.
Pero, como lo dijimos en un principio, la función del cine es entretener (no siempre tiene que cambiarnos la vida una película), así que si van con una actitud de pasarla bien, sin altas expectativas, puede ser una cinta que cumpla con hacerlos pasar un rato agradable. La cinta se estrena el día de mañana en cines mexicanos.