Este martes, 6 de noviembre, será un momento importantísimo en la política de Estados Unidos. Nuestros vecinos del norte saldrán a votar en las elecciones intermedias y, aunque Donald Trump no está en las boletas, los resultados le explicarán al mundo cómo se siente el país de las barras y las estrellas frente a la presidencia del anaranjado mandatario.

En estas elecciones se elegirán a varios gobernadores y centenas de autoridades locales. Sin embargo, los ojos están puestos en la disputa de los 435 asientos de la Cámara de Representantes —la cámara baja— y 35 de los 100 lugares del Senado.

Antes de arrancar, vámonos con lo importante: el Partido Republicano de Donald Trump tiene la mayoría en las dos cámaras. Este martes, los votantes norteamericanos tienen en sus manos la decisión de dejarlos en el poder, o hacer un giro de 180º y convertir a los Demócratas en el partido fuerte en una —o en las dos— asambleas legislativas.

¿Y eso importa mucho?

La respuesta corta es sí, bastantito. Perder el control del Poder Legislativo podría ser trágico pa’ la presidencia de Trump.

Para empezar, la habilidad del presidente para pasar nuevas leyes se vería muy debilitada. Luego, podrían echar para atrás algunas de sus más recientes puntadas, como renegociar los puntos finos del T-MEC o bajarle dos rayitas a las tarifas internacionales que han aplicado en los últimos meses. Ya ni se diga sobre las posibilidades de que Estados Unidos vuelva al Acuerdo de París, al pacto nuclear con Irán o al Consejo de Derechos Humanos en la ONU.

Sin embargo, que le bloqueen nuevas leyes o den dos pasos para atrás en sus “avances” políticos es lo que menos le preocupa a Donald Trump. Si el Partido Demócrata llegara a tomar control del legislativo, arrancarían con todo las investigaciones. 

El nuevo congreso podría pedirle al presidente y a su equipo que declaren bajo juramento frente algún comité especializado sobre el drama de la colusión con Rusia en las pasadas elecciones o podrían exigirle que haga públicos sus pagos de impuestos y cacharlo en movidas de evasión fiscal.

Sobre todo, perder el congreso abre la puerta para que el partido de oposición inicie un proceso de destitución en contra de Donald Trump.

Aunque los legisladores demócratas se han mantenido prudentes en sus declaraciones sobre la posibilidad de una destitución —impeachment en inglés—, un grupo de representantes de ese partido afirman estar preparando una ofensiva en contra del presidente por obstrucción de justicia, desacatar órdenes del Poder Judicial y traer una fiesta con los pagos de impuestos desde su época como empresario.

¿Y cómo andan las posibilidades de que eso pase?

En este punto es mejor irnos por partes porque cada caso es distinto y se puede poner enredado.

La Cámara de Representantes (Cámara Baja)

En la carrera por ganar la mayoría en los 435 curules de la Cámara de Representantes —House of Representatives— el Partido Demócrata está bien parado. Es más, Donald Trump desistió en su intento por hacer mítines en lugares donde la situación estaba apretada. Esa decisión, para algunos analistas significa que se rindió en la lucha por la cámara baja.

De acuerdo al New York Times, si los Demócratas ganan solamente 26 lugares de 75 que están “competitivos”, el partido de los burros —esa es su mascota, a nosotros no nos vean— tendrán el control de la Cámara de Representantes.

Según FiveThirtyEighthay un 87.5% de posibilidades de que la cámara baja se pinte de azul. De igual manera, el análisis de Bloomberg pinta a los Demócratas como favoritos.

El Senado (Cámara Alta)

Acá el panorama pinta mejor para Trump y los suyos. De los 100 lugares que hay en el Senado —2 por cada estado—, solo 35 están en juego en la votación de este martes y los demócratas tendrían que ganarlos casi todos si quieren obtener la mayoría.

Para empezar, la mayoría de lugares que están en el aire ya los tenían los Demócratas. Entonces están obligados a no perder ninguno de los asientos que actualmente tienen. Luego, tendrían que ganar dos curules que están en control los Republicanos. 

Suena sencillo. Ganar dos lugares no está tan complicado en el papel. Sin embargo, en estas elecciones solamente hay 9 lugares controlados por el partido de Donald Trump en juego y 6 de esos están en lugares donde los Republicanos dominan por amplio margen.

Si se suman los dos panoramas necesarios para que gane el Partido Demócrata el Senado —no perder ningún asiento y ganar en lugares complicados— no es de sorprenderse que los análisis les den menos del 17% de posibilidades. 

¿Cuándo me voy a enterar de lo que pase?

En el mejor de los casos, a las 10 de la noche, tiempo de México, que cierren las votaciones en California tendremos a la mano los resultados de las elecciones.

Sin embargo, si la cosa se pone cerrada —sobre todo en estados que se encuentran en la costa del Pacífico—, podríamos no tener ninguna información al momento y tener que esperarnos hasta el miércoles, 7 de noviembre, para saber qué sucederá oficialmente con el Poder Legislativo de Estados Unidos.

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Soy Max Carranza y me he pasado la vida rodeado de memes, cultura digital y bastantes horas frente a las pantallas. En el camino me encontré la pasión por abordar los temas sociales más urgentes e intentar...

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