A mediados de octubre, Andrés Manuel López Obrador, dirigente nacional de Morena, le mandó un mensajito a través de los medios de comunicación al priista Miguel Ángel Osorio Chong. El dos veces candidato presidencial aseguró que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) estaba haciendo a un lado al exgobernador de Hidalgo y actual secretario de Gobernación. De gira por Aguascalientes, AMLO comunicó: “le mandó a decir a (Osorio) Chong que (Carlos) Salinas y (Enrique) Peña lo están haciendo a un lado”. De acuerdo con el político tabasqueño, la “Mafia del Poder” quiere imponer a Aurelio Nuño Mayer, titular de la Secretaría de Educación Pública, o a José Antonio Meade, encargado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, por lo que Osorio Chong de plano estaría borrado de cualquier escenario rumbo a 2018.
El secretario de Gobernación contestó, ese mismo 16 de octubre, que era mejor que Andrés Manuel se preocupara por sus propios problemas “que son bastantes“. “Andrés que se preocupe por sus dichos y palabras. No sabe argumentar cómo podría llevar al éxito a este país, no sabe argumentar qué haría en seguridad, qué haría en temas financieros, qué haría para generar trabajos e inversiones. Cuando argumente eso, entonces que empiece a opinar de partidos políticos”, respondió el funcionario priista, quien también llamó a la ciudadanía a tener cuidado con los políticos que creen que “a partir de varitas mágicas” se pueden solucionar los problemas México. Osorio Chong indicó que esperaría los tiempos de su partido para definir si va o no va y, además, se definió como un “hombre de causas” y no de “puestos”.
Ayer, 8 de noviembre, López Obrador volvió a sugerirle a Osorio Chong que buscara la candidatura presidencial por otro partido ya que el PRI terminará por decantarse a favor del amigo Pepe Meade (como dice su jingle) rumbo a los comicios de 2018. De gira por Querétaro, AMLO indicó que el titular de la Segob podría seguir el camino de Margarita Zavala, quien renunció el pasado 6 de octubre a las filas del Partido Acción Nacional (PAN) tras más de tres décadas de militancia, y convertirse en independiente o, bien, que se lance por la grande cobijado por otro partido político. “Que se lance, porque tiene muy buena amistad con uno de los partidos recientemente creados”. El líder de Morena reprochó que Chong se quedara “calladito” y “con los brazos cruzados” cuando en las filas priistas va a haber “una imposición, un dedazo, un destape al estilo de antes”.
Por más verdadera que pudiera ser la acusación del dirigente nacional de Morena, resulta incongruente que critique los métodos de selección de otras organizaciones políticas cuando al interior de la suya no se distinguen precisamente por la transparencia. Ahí está el caso Claudia Sheinbaum/Ricardo Monreal y la opaca encuesta para seleccionar al abanderado para la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. O qué tal la reciente selección de Miguel Barbosa Huerta como candidato a la gubernatura de Puebla, cuando el aspirante mejor colocado era Enrique Cárdenas Sánchez, exdirector del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Ahora sí que poniéndose un poco bíblicos: “¿por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?”.