Elon Musk ya nos sorprendió mandando un carro al espacio e iluminando el cielo con un despegue coreográfico. También, el sudafricano presume coches que se manejan solos, lanzallamas y varios  juguetitos más. Lo malo es que hasta al mejor cocinero a veces se le queman los frijoles.

La tocada de SpaceX, la empresa aeronáutica de Musk, es que promete hacer de los viajes espaciales más accesibles por su capacidad de reusar las piezas que se van desprendiendo durante los despegues.

Aunque suena muy bonito, uno de los problema técnicos de volver a utilizar los componentes de los cohetes es cacharlos antes de que caigan al mar. Si eso no sale bien, la mala puntería te va a costar una buena cantidad de dólares.

Este viernes, 30 de marzo, SpaceX tenía programada la misión Iridium-5 con la intención de mandar unos satélites al espacio. Todo fue un éxito durante el despegue y la misión, pero algo falló: la punta desarmable del cohete se les fue al mar.

Musk había preparado un bote —que bautizó como Mr. Steven— para atrapar la parte superior de la nave antes de que se fuera al agua. Sin embargo, como lo confirmó sin mucha alegría en su cuenta de Twitter, el GPS se les movió.

Según CNN, esta pequeña parte del cohete vale más de 6 millones de dólares y es muy probable que si toca el agua “los electrónicos y componentes dentro queden muy dañados” además de hacer que la millonaria pieza ya no sea rescatable.

Hasta el momento nadie había intentado rescatar la punta de un cohete. Entonces, si lo ponemos en contexto: sí le falló, pero estaba intentando algo nunca antes visto. Además, ya anunció que lo volverá a probar en las próximas semanas. 

*Foto de portada: CNBC

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Soy Max Carranza y me he pasado la vida rodeado de memes, cultura digital y bastantes horas frente a las pantallas. En el camino me encontré la pasión por abordar los temas sociales más urgentes e intentar...

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