Y no nos referimos a los polis que se echan su “pestañita” en sus patrullas, sino a aquellos que ni siquiera se presentan a checar tarjeta.
Según aproximaciones del nuevo alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro, en la localidad cerca del 23% de la gente que conforma la plantilla de policías cobra, pero no ejerce la profesión de la mordida. El porcentaje representa que de los 2 mil 514 uniformados con los que, según, cuenta Guadalajara, 579 nomás no se presenta a sus labores, pero aún así cobran… gasto que le representa a las arcas 7 millones de pesos al mes.
Además, de los pocos que trabajan, 103 realiza funciones especiales, como cuidar a empresarios y políticos… y no sólo de Jalisco, sino que también de otros estados.
Otras irregularidades que detectó el nuevo alcalde, el cual sólo lleva cinco días en el cargo, es el hecho de utilizarse patrullas para labores no propias de la vigilancia… seis de cada 10 son usadas con otros fines. Por si fuera poco, el sistema de videocámaras de la ciudad no funciona como se debe.
Pero bueno, ahora que llegó al mando de Guadalajara, Alfaro aseguró que se realzará una depuración de las fuerzas de seguridad, por lo que el poli que no entienda cuál es su labor “deberá salir de la corporación”, sentenció.
Pero no sólo en Guadalajara el cambio de mando ha dejado al descubierto las irregularidades en las que trabajaban las anteriores administraciones: por ejemplo, en Morelia, Michoacán, se detectó que el ex coordinador de la policía auxiliar de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, Alberto Murillo Garnica, obligó a sus subalternos a regresar sus viáticos, los cuales en conjunto daban una cifra de 498 mil pesos, aproximadamente. Sin embargo, el funcionario se quedó con las ganas de juntar el billete y en su lugar fue acusado de abuso de autoridad…