La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) envió una carta al gobierno de Malasia para pedirle detenga la ejecución de los mexicanos Luis Alfonso, Simón y José Regino González Villarreal, condenados a la horca por el delito de narcotráfico.
El ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez, envió oficios dirigidos envió también cartas al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, y a su homólogo en Malasia, Tan Sri Hasmy Agam, para solicitarles su apoyo para que no se les aplique la pena de muerte.
La vida representa el bien supremo del ser humano, argumentó en sus textos González Pérez, y como tal, constituye el bien jurídico más valioso. Asimismo, dijo que el derecho a la vida es el fundamento de los ordenamientos constitucionales que lo reconocen y pidió que, aunque respeta las penas que ese país aplica, mejor las autoridades se apeguen al Sistema Internacional de Derechos Humanos.
Ayer jueves publicamos que los hermanos perdieron la apelación a la condena de muerte que enfrentan por el delito de narcotráfico en Malasia.
Según la agencia AP, los mexicanos proceden de Sinaloa (aunque no tienen historial delictivo aquí). Fueron detenidos en Malasia en 2008 en una instalación escondida donde se fabricaba droga. Ellos afirmaron que estaban limpiando el lugar, no fabricando drogas.
Ahora, los 5 jueces en la Corte Federal, el tribunal superior de Malasia, rechazaron por unanimidad su apelación, así lo indicó el abogado de los hermanos, Kitson Foong.
La defensa ha alegado que se alteraron las pruebas, pero los jueces han dicho que están convencidos de la culpabilidad de los mexicanos.
Agotadas todas las instancias, ya sólo queda pedir clemencia al sultán de Johor Bahru (aquí, una foto de esa ciudad).
Así que será la pena de muerte la que espere a José Regino Gonzales, de 37 años, Simón, de 40, y Luis Alfonso, de 47 . Los hermanos podrían pedir una revisión judicial del veredicto, indicó Foong.
Hay que recalcar que en Malasia se pena el delito de narcotráfico con la horca.
Tribunales menores ya habían rechazado las alegaciones de la defensa sobre la manipulación de las evidencias, después de que un químico testificara que 7 objetos que había recibido para analizar se veían distintos de los que había visto en el lugar donde se fabricaba la droga.
La fiscalía niega la manipulación y afirmó que se encontraron rastros de los químicos con los que se realizan las drogas en las ropas de los acusados (además de que encontraron manchas de los mismos en su ropa interior).
Por otro lado, desaparecieron varios kilogramos de las metanfetaminas que le fueron decomisados a los mexicanos durante la redada al laboratorio.
El abogado de los mexicanos dijo en su momento:
“Mis señores, no se perdió todo, pero sí lo suficiente como para cuestionar toda la logística de la cadena de custodia de las evidencias”
En la fábrica donde los detuvieron se incautaron más de 29 kilos de metanfetaminas, con un valor de 12 millones de dólares. Al final, los jueces respondieron tajantemente que no creían la versión de los mexicanos y que no darían cabida a la duda sobre la custodia de las pruebas.
Estos son los primeros mexicanos detenidos en Malasia por el delito de narcotráfico. En México se dedicaban a hacer ladrillos y venderlos. Familiares y vecinos insisten en que no había indicios de que trabajaran en el tráfico de drogas (Alenjandrina, hermana de los mexicanos, y Consuelo, la esposa de Luis, fueron hasta Malasia para apoyarlos, se las veía, naturalmente, afligidas después de escuchar el fallo de los jueces).
El gobierno malasio asegura haber ahorcado a más de 440 personas en los últimos 50 años, muchas de ellas por delitos de drogas, además de que hay 900 personas en el corredor de la muerte.
A diferencia del sistema estadounidense, en Malasia no se sabe la fecha de la muerte hasta el día previo (momento en el que la familia será informada).
Se espera que la embajada de México en Malasia y la Secretaría de Relaciones Exteriores se expresen para fijar su postura en torno al fallo judicial.