Enrique Ochoa Reza se convirtió en presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) el pasado 12 de julio. A los pocos meses, en septiembre para ser más precisos, al político priista se le señaló públicamente por una gestión opaca mientras ocupó la titularidad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). De acuerdo con una filtración del portal MéxicoLeaks, Ochoa Reza recibió una indemnización indebida por un millón 200 mil pesos —un pago equivalente a nueve meses de su salario— tras su renuncia a la comisión, cuando por ley sólo le correspondían 231 mil pesos. Desde su llegada a la dirigencia del PRI, Ochoa Reza se ha caracterizado por alentar un discurso en contra de la corrupción (incluso la que se incuba al interior de su organización).

Ahora, y de acuerdo con una investigación realizada por el periódico Reforma, Ochoa Reza se encuentra en un nuevo lío. La publicación reveló en un reportaje la poco transparente adquisición de 18 concesiones de taxis en Nuevo León por parte del priista. Según el diario, don Enrique se hizo de estas concesiones entre 2005 y 2008, reportando que vivía en esa entidad, en la modesta colonia Lagrange del municipio de San Nicolás de los Garza. En ese periodo, indica Reforma, Ochoa Reza pasó la mayor parte del tiempo en Líbano y la Ciudad de México. El pequeño problema recae en que la Ley de Transporte para la Movilidad Sustentable de Nuevo León estipula que para poder obtener un permiso es necesario ser mexicano y residir en el estado.

Esto es lo que hizo Ochoa Reza durante este periodo

1.- El presidente nacional del PRI estuvo viviendo de 2004 a 2005 en Líbano.

2.- Durante 2005 se trabajó como asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), en la Ciudad de México.

3.- En 2006 fue secretario particular de María del Carmen Alanís, magistrada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife).

4.- En 2007, cuando Alanís se hizo con la presidencia del Trife, Ochoa Reza ingresó a trabajar en el organismo. También en la Ciudad de México.

Enrique Ochoa Reza, presidente nacional del PRI
Foto: Facebook

Las otras fallas del presidente del PRI

Además de incumplir los requisitos en el tema de la residencia, Ochoa Reza cometió otras omisiones a la hora de conseguir las concesiones para su flotilla. La Ley de Transporte señala que uno de los requerimientos para realizar el trámite es entregar un acta de nacimiento original —expedida por el Registro Civil— y una constancia del municipio que avale la residencia del solicitante. Pues no: don Enrique no presentó ninguno de estos documentos y sólo entregó su pasaporte y un recibo telefónico para comprobar que vivía en San Nicolás de los Garza. Esta documentación fue entregada, de acuerdo con el reportaje, a la administración del priista Natividad González Parás, entonces gobernador de la entidad.

La casa, según registros oficiales a los que tuvo acceso el periódico, nunca ha pertenecido al líder priista. Al acudir al inmueble, ningún vecino identificó a Ochoa Reza, aunque los trámites para obtener las concesiones de los 18 taxis indiquen que don Enrique vivió en ese sitio desde 2005 y, al menos, hasta 2008. El pasado 23 de marzo, Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, llamó delincuente al político priista respecto a la compra de los taxis. Ochoa le contestó a El Bronco que la adquisición de los taxis fue hecha a particulares y no a través de concesiones con algún gobierno y que sus actividades empresariales son “públicas, legales, entre particulares en Nuevo León y sin amagos de funcionarios públicos irresponsables”.

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