Seis asaltantes dispuestos a robar dos motocicletas Ducati, con valor de más de 40,000 dólares cada una.

Todo planeado para que la operación fuera un éxito.

Al final se fueron con las manos vacías.

¿Qué salió mal? Pues que no contaban con que los trabajadores de la tienda lo impedirían, y eso que estaban desarmados y al principio, los asaltantes eran más.

Los hechos ocurrieron el pasado martes por la tarde, en una concesionaria de motos en Croydon, Inglaterra, y fueron captados por cámaras de seguridad. En las imágenes, se ve claramente cuando los delincuentes arriban al lugar y dos de ellos entran en una de las salas de exhibición del negocio.

La actitud sospechosa de los hombres, hizo que Paul Read, empleado del lugar, se diera cuenta de sus intenciones y literalmente ‘los sacara a empujones’ del establecimiento. Dos asaltantes más que acababan de ingresar fueron expulsados de inmediato.

Pobres diablos, ya ni la friegan… 4 asaltantes contra un trabajador y no pudieron sacar ni una moto. Aquí sí que aplica un sonoro: LOSERS!!!!

Sus compañeros malandros que esperaban afuera, quedaron sorprendidos al ver que sus compañeros habían fracasado en su encomienda.

Aquí no acabó todo para los delincuentes, quienes afuera se encontraron con más empleados y trabajadores de la tienda, personal de tiendas cercanas y civiles que les impidieron continuar con su intención de obtener el botín. Y aunque algunos malosos estaban armados con barras de hierro, martillos y objetos metálicos, nomás no pudieron contra sus adversarios, quienes los derrotaron con relativa facilidad.

Por momentos la batalla se tornó chusca, pues bastaba tirar al suelo las motos de los asaltantes para que estos vieran frustrados sus movimientos, y mejor prefirieran escapar.

“Estas escorias intentaron alejarse con dos motos que a la gente le tomaría años de ahorro comprar. Tuvieron una prueba de su propia medicina y fueron arrastrados de nuevo al agujero donde viven. No pudieron hacer frente a un montón de hombres que simplemente hacían su trabajo”, comentó Simon Brooks, empleado de la tienda de 35 años.

Y aunque en su lucha contra los delincuentes algunos de los trabajadores recibieron uno que otro golpe, podría decirse que lograron deshacerse de los asaltantes sin ensuciarse las manos.

Pero no les cuento más, mejor vean el video:

Esto nos enseña que cuando las personas se unen, la delincuencia termina haciendo el ridículo.

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