Las enfermedades respiratorias causadas por un virus nunca antes visto por la humanidad se han transformado en una emergencia internacional. Este nuevo brote de coronavirus salido desde China ha sorprendido a propios y extraños por su rápido avance: en poco más de un mes se han perdido cientos de vidas y miles de personas más se han contagiado. Ciudades enteras están en cuarentena y millones de personas alrededor del mundo leen, día a día, los avances de esta epidemia.
Los números oficiales (al 3 de febrero) son alarmantes: hay 17 mil 391 casos confirmados en 24 países distintos y 362 personas han perdido la vida.
Inició como una extraña cantidad de personas tosiendo en una ciudad del centro de China y ahora, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) terminó por alertar a las naciones de todos los continentes. Aquí te mostramos una línea del tiempo mostrando el rápido y sorpresivo avance de este nuevo brote de coronavirus.
****
En el último día del año pasado, exactamente el 31 de diciembre, las autoridades de China llegaron a la Organización Mundial de la Salud con un problema en sus carpetas: avisaron que había un extraño número de casos de neumonía en Wuhan (capital de la provincia de Hubei), una ciudad portuaria de aproximadamente 11 millones de habitantes.
Alertaron que todas las personas que presentaban síntomas tenían relación con un popular mercado de mariscos en la ciudad.
Un día después, el 1 de enero, las autoridades de China comenzaron a investigar. Esa misma tarde clausuraron el mercado y llevaron a observación a cientos de personas que habían estado en contacto con las personas enfermas o con los productos que se vendían en las instalaciones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que las autoridades de China pudieron aislar el virus 7 de enero e identificaron que se trataba de un nuevo tipo de coronavirus. Lo llamaron 2019-nCoV.
¿Un nuevo tipo de qué? Explicación rápida: los coronavirus son una familia extensa de virus (el plural NO es viruses) que ocasionan diversas enfermedades conocidas, que van desde el resfriado común hasta otras cosas más severas como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo, reconocido en el mundo entero como SARS. En el caso específico de la nueva cepa surgida en China, los síntomas iban desde fiebre y cansancio hasta neumonía e insuficiencia renal.
El 11 de enero China confirmó la muerte de la primer persona contagiada. Se trataba de un hombre de 61 años.
Dos días después, el 13 de enero, se detectó que este brote de coronavirus había traspasado su primera frontera. Una mujer de la tercera edad presentaba algunos de los síntomas cuando llegó a Tailandia para pasar las vacaciones con su familia. Fue hospitalizada de inmediato.
Durante los siguientes días se confirmarían casos de coronavirus en Estados Unidos, Nepal, Francia, Australia, Malasia, Singapur, Corea del Sur, Vietnam y Taiwan.
Durante la mañana del 22 de enero nos llevaríamos un sustito en México: un doctor había estado en Wuhan y presentó algunos de los síntomas a su regreso a Tamaulipas. Unas horas más tarde se confirmó que no estaba contagiado… pero días después, el mismo doctor, publicaría una columna cuestionándole a las autoridades mexicanas su falta de preparación ante la inminente llegada del coronavirus a nuestro país.
El 23 de enero llegó una noticia pesadísima desde China: oficialmente, la ciudad de Wuhan entraría en cuarentena. Se cancelaron camiones, trenes y vuelos de avión. Se cerraron las fronteras.
Un día después, el 24 de enero sería un día cargado de información: por el crecimiento de casos confirmados de coronavirus, Beijing canceló los festejos del Año Nuevo Lunar y clausuraron decenas de atracciones turísticas, la Gran Muralla entre ellas. Disneyland en Shanghai cerró sus puertas y comenzaron a crearse algunas prohibiciones de vuelos hacia China.
El lunes 27 de enero subió la cifra mortal: había 106 personas fallecidas.
En México la alerta estaba presente. El día 28 de enero, el doctor Hugo López-Gatell Ramírez (subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud) fue a la conferencia mañanera del presidente y garantizó que el coronavirus llegaría a nuestro país. “No es algo que me guste, pero tenemos que tenerlo muy claro y decirlo con veracidad”, comentó.
Unos días después sucedió lo inevitable: la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el coronavirus era una emergencia internacional el 30 de enero.
Y febrero nos recibió con más sustos…
El 1 de febrero, mientras las personas disfrutaban el puente regalado por la Constitución, apareció una preocupante noticia de la Secretaría de Salud. Un hombre contagiado de coronavirus estuvo de viaje en México y compartió las calles de la CDMX con miles de personas. Específicamente estuvo en contacto con personal de un popular hotel del Centro Histórico y con conductores (y pasajeros) de la aplicación Uber.
Nadie ha presentado síntomas (a 10 días del contacto) pero las autoridades se mantienen alerta.
Dos días después, el 3 de febrero, se confirmó la muerte de una persona en Filipinas: el primer fallecimiento fuera de las fronteras de China.
****
El 6 de febrero falleció el médico chino Dr. L Wenliang, quien intentó advertir a sus colegas —mediante un chat— que una nueva extraña enfermedad había afectado a siete pacientes, mismos que estaban en cuarentena.
El 10 de febrero Reino Unido declaró la transmisión del coronavirus como una amenaza grave a la salud pública. Un día después, el 11 de febrero, la OMS oficializó el nombre del coronavirus como COVID-19. El 14 de febrero falleció un turista chino en Francia y su muerte representó la primera baja registrada en Europa. Luego, la OMS confirmó el primer caso de coronavirus en África —en Egipto.
El 23 de febrero las autoridades de Italia suspendieron —dos días antes de su conclusión— el Carnaval de Venecia. Y mientras eso sucedía en Italia, el 23 de febrero XI JinPing reconoció que el coronavirus era la mayor emergencia sanitaria que China había enfrentado desde 1949.
El 24 de febrero la OMS explicó que la población mundial debía prepararse ante una “eventual pandemia”. El 26 de febrero las autoridades de Brasil comenzaron a analizar un posible primer caso de coronavirus en este país.
Hasta el 25 de febrero se contabilizaron 80 mil 350 casos confirmados, dos mil 705 decesos y 27 mil 878 personas recuperadas.